Aunque hace muchos años que no hay que lamentar muertos en las carreras de F1 y que se ha mejorado mucho en seguridad, no se puede pasar por Spa sin recordar el grave accidente que sufrió hace más de una década Luciano Burti y que puso punto y final a su carrera en la categoría.
Durante la carrera de 2001, el brasileño estaba luchando con Eddie Irvine cuando chocaron y el monoplaza del equipo Prost que pilotaba Burti terminó empotrado contra las barreras de protección a una velocidad escalofriante.
«Me llevó dos años volver a la normalidad», dijo Burti, ahora comentarista de televisión, el viernes en el mismo escenario en el que ocurrieron los hechos hace once años.
Tras recuperarse del accidente, el piloto brasileño pasó algún tiempo en Ferrari como piloto de pruebas, pero nunca más volvió a competir en la F1.
«Lo peor fueron los primeros cuatro meses, cuando tenía que medicarme para evitar las convulsiones», dijo Burti a la publicación brasileña TotalRace.
«Mi recuerdo de ese momento es terrible. Era un infierno de droga. Recuerdo confundirme, usar mal las palabras, decir cortar la luz en lugar de apagar la luz», añadió.
Burti añadió que no recuerda la carrera o el accidente, su primer recuerdo es de despertarse del coma inducido de tres días y encontrar que Rubens Barrichello había pasado la noche durmiendo en el suelo del hospital.
Y cuando por fin logró regresar al Brasil, él ya no era el mismo.
«Fue un momento en el que recuerdas cosas de hace diez años, pero no lo que hiciste aquella mañana», dijo Burti. «Me encontraba con alguien por la mañana y por la tarde los volvía a ver diciendo Hola, ha pasado tanto tiempo!».