Mientras la escudería Renault estaba inmersa en disputar el Gran Premio de Turquía 2020, Fernando Alonso se ponía de nuevo al volante del Renault RS18 de hace dos temporadas en el trazado de Yas Marina como continuación de su entrenamiento para regresar a la Fórmula 1 la próxima temporada.
Y es que toda la atención estaba centrada en Estambul Park, una carrera emocionante donde el poco agarre del asfalto, primero por el mucho tiempo que no se corría allí y luego agravado por la lluvia, hizo las delicias e los aficionados. Tuvimos de todo: una clasificación con banderas rojas, una pole inesperada de Stroll, una carrera con agua, remontada de Hamilton para terminar ganando la carrera, podio del mexicano Sergio Pérez y de Sebastian Vettel y el séptimo título de campeón del F1 para Hamilton igualando a Schumacher.
Con todo esto, a la jornada de ayer hay que sumarle que Alonso está trabajando en el coche de hace dos temporadas, no se pueden hacer entrenamientos en el coche actual por la limitación de la normativa. Y es que el trabajo del piloto asturiano se centra en mejorar su condición física, quiere volver a tope en 2021, sobre todo con un calendario de 23 carreras donde exigirá lo mejor de cada piloto.
En los últimos en Bahrein el piloto rodó durante dos días hasta completar 186 vueltas, o lo que es lo mismo más de 1.000 kilómetros, lo que da idea de lo en serio que se está tomando su preparación. Suponemos que ayer haría algo similar y que hoy seguirá en esa línea, sumar kilómetros para mejorar su condición física y recuperar el tono muscular, sobre todo en el cuello, para soportar las famosas fuerzas G que llegan hasta 5G en las frenadas y 3G lateral en las curvas. Así a medida que se ha ido elevando la velocidad media de los monoplazas en las últimas temporadas, mayor es la fuerza G que deben soportar los pilotos.