La temporada pasada la pandemia del coronavirus provocó un impacto económico importante en la Fórmula 1, la paralización del campeonato cuando estaba a punto de arrancar y su reubicación en un calendario más modesto resultó en un daño económico severo. Por ello, se decidió prorrogar un año más las normas vigentes con apenas unos pequeños cambios trasladando los coches de 2020 casi sin desarrollo a 2021.
Además también se decidió paralizar el trabajo en las fábricas de los nuevos monoplazas hasta el 1 de enero de este año que se volvieron a retomar. Ahora toca a cada equipo decidir que camino sigue y cuando para por completo el desarrollo del coche de 2021 y se centra por completo en el de 2022.
Y no es una cuestión menor, no seguir mejorando el coche de 2021 podría suponer una ventaja para 2022, pero por contra podría hacer perder posiciones en el Campeonato de Constructores, que tendría impacto en el dinero que recibe el equipo a final de temporada. Haas ha sido el primero en confirmar que no hará evoluciones al VF-21, sólo trabajarán en el coche de 2022, con sólo una carrera disputada ya casi tienen el cartel de farolillo rojo adjudicado.
En Alpine lo tienen más complicado para tomar esa decisión, la zona media de la tabla está muy ajustada. A falta de que veamos un poco más de luz en las próximas carreras parece que, junto a ellos, Ferrari, McLaren, AlphaTauri y Aston Martin lucharán por un puñado de puntos hasta el final entre la tercera y la séptima posición.
A esto se le une que el objetivo de Alpine se ha puesto muy alto para la próxima temporada. Luca de Meo afirmó en pretemporada que tras este año de transición en 2022 espera poder luchar por ganar carreras. Y el CEO de Alpine confirmó que el trabajo en su nuevo coche ya está a pleno rendimiento.
«Lo que queremos hacer es seguir construyendo sobre lo que hemos hecho. Sabemos que hemos llegado más o menos al final de este coche de todos modos. Usaremos todo lo que podamos de este coche para ajustar la organización de las operaciones y, mientras tanto, nos aseguraremos de desarrollar el mejor coche para la próxima era de regulaciones«, dijo Laurent Rossi en declaraciones a la web oficial del campeonato.
«Tenemos un plan, tenemos una visión. Cuando llegué hablé bastante con Marcin, él presentó una hoja de ruta bastante clara para el equipo», añadió Rossi. «Hablé con los ingenieros y me di cuenta de que estaban bastante alineados con él. Eso me da mucha confianza porque hay un plan en marcha».
El nombramiento de Rossi como CEO de Alpine se produjo tras la salida del director del equipo Renault, Cyril Abiteboul, y el cambio de denominación a Alpine llegó con más cambios en la cúpula del equipo. Davide Brivio, ex jefe del equipo Suzuki de MotoGP, se incorporó como director de carreras para trabajar junto al director ejecutivo Marcin Budkowski, en una estructura que parece complicada de entender, a priori.
«El equipo de Enstone es un grupo diferente de personas, no todas, hay muchas que son muy buenas, pero hay un pequeño cambio: entró Marcin, comenzó a poner su toque en el equipo; contratamos un par de ingenieros de alto perfil. Estoy seguro de que esta nueva mayonesa tendrá buen sabor el próximo año», bromeó Rossi. «Somos franceses, así que sabemos un par de cosas sobre la mayonesa».
Por su parte el CEO del grupo Renault, Luca de Meo, respondió a los rumores sobre la salida de Abiteboul negando que se debiese al bajo rendimiento del equipo, simplemente lo justificó en que el equipo necesitaba un cambio.
«Esta pregunta es un poco complicada. Con esta nueva organización hubiese sido difícil. Si necesitaban apoyo [de Reanult] lo obtenían, pero su zona de confort era quedarse fuera. Ahora Alpine está absolutamente integrado en la estrategia del Grupo Renault«, explicó De Meo en declaraciones a RTL.
«Así se necesitan personas que sean parte de una unidad pequeña y ágil, pero que también tengan una conexión con el otro lado al mismo tiempo», añadió el máximo responsable del fabricante francés.