A pesar de que el presidente de la Generalitat Valenciana Alberto Fabra dijo el domingo que se está en el camino de las negociaciones, la realidad apunta a que Valencia podría desaparecer del calendario de F1 si Barcelona y Bernie Ecclestone no aceptan la opción de la alternancia de sedes en España.
El fin de semana del Gran Premio de Europa dio para mucho en los despachos, mientras por una parte se hablaba de reducción de costes en la F1, por otra se trataba el tema de la alternancia en una reunión entre Alberto Fabra y Bernie Ecclestone.
La ciudad portuaria española ha sido duramente golpeada por la crisis económica en la que está inmersa Europa y especialmente España, con este escenario la presión sobre el despilfarro que supone la F1 es constante, así que ven en la alternancia la única opción viable para continuar albergando las carreras.
«No contemplamos otra cosa que no sea la alternancia», afirmó el director de la carrera de Valencia Gonzalo Gobert.
Y la responsable de deportes de la Comunitat, Lola Johnson, quien confirmó las negociaciones con Ecclestone, advirtió que «si no se firma la alternancia, el Gran Premio no está garantizado».
El principal problema que plantea la alternancia, a pesar de las ventajas económicas que supondría para Barcelona y Valencia, es que desde Cataluña parecen decididos a seguir organizando carreras anuales de F1, y no parece que tengan problemas de dinero, al menos no tantos como parece tener Valencia.
Para el patrón de la F1, Bernie Ecclestone, la salida de Valencia le permitiría añadir Grandes Premios en otros lugares del mundo como Tailandia, México o Argentina, que ya han mostrado su deseo por albergar una carrera, así las dos citas españolas se convierten en una, pero manteniendo el marco de ambos escenarios.
Difícil decisión para el Circuit de Catalunya que lleva organizando ininterrumpidamente el Gran Premio de España de F1 desde el año 1991: reducir los costes de organizar un evento de estas características o mantenerse como referencia de la F1 en España.