Todos los que amamos la F1 y esos coches, como los Ferrari V10, el Williams de Mansell, o el Mclaren de Senna que hicieron historia, cuando vimos la normativa en el año 2017, que entraría en vigor la temporada 2018, dimos un respingo de nuestros asientos.
En 2011 la FIA comenzó una serie de pruebas con una cúpula para dar protección a los pilotos. En 2016 ya se hablaba de un dispositivo de titanio que diera seguridad al único elemento expuesto de los pilotos, la cabeza.
Accidentes como el de Kubica en Canadá, o el famoso tornillo que dio en el casco de Massa en el GP de Hungría pero sobre todo la muerte de Henry Surtees, Maria de Villota, Justin Wilson y Jules Bianchi aceleraron la búsqueda de un mecanismo que diera protección al cráneo de los pilotos.
Se empezó barajando una especie de cúpula a modo de avión de combate o similar a los coches de resistencia, hasta que Mercedes montó una barra en forma de T que se podía abatir para la entrada y salida del piloto del cockpit, posteriormente Ferrari montó ese sistema fijo , que fue el que decidieron evolucionar.
Los equipos pidieron tiempo en 2016 para ponerlo en marcha, habiéndose desechado ya las opciones de la cúpula para no perder la esencia de un F1 y dado que no permitía absorber el suficiente flujo de aire por la toma superior al casco de los pilotos que indica la normativa.
En los primeros test de 2018 nos quejamos de esa barra fea que nos impedía ver a los pilotos y que en el on board de las cámara nos distraía. El Halo es una pieza de 10 kgs de titanio en forma de T redondeada que da protección tanto frontal como lateral a la zona de la cabeza de los pilotos y que puede soportar hasta 12 toneladas.
Han pasado tres años con el HALO activo en los F1 y de todos los que nos quejábamos de esa imagen de un F1, creo que no debe quedar nadie que no esté acostumbrado a la imagen, acostumbrado a ver las imágenes on board sin darse cuenta de que está presente y sobre todo que no haya visto como pilotos como Leclerc (Spa con impacto del neumático de Fernando Alonso), Grosjean o incluso el mismo Stroll en Bahrein pueden seguir subiéndose a un monoplaza para que disfrutemos con ellos.
Tenemos que agradecer las mejoras en la seguridad como el HALO que hacen que el automovilismo sea más seguro, aunque el peligro está presente en cada circuito cómo nos demostró Grosjean atravesando el guardarraíl en Shakir.