El regreso a un trazado más convencional parece haber resultado bueno para el Alpine A521, y sobre todo para Fernando Alonso. El loco final de Azerbaiyán le reportó una sexta posición, allí pudimos ver una buena actuación del ovetense, pero ha sido la última carrera en Paul Ricard donde hemos visto al bicampeón con más confianza en el coche.
«Estamos viendo señales del viejo Fernando, y es genial», dijo Ross Brawn en su habitual columna tras cada carrera para la web oficial del campeonato. «Creo que fue una buena decisión de Renault/Alpine ficharlo. No se puede subestimar la estabilidad que aportará al equipo».
Pero el experimentado ingeniero cree que sus aportaciones van a ir más allá de lo que vemos en pista, sobre todo teniendo en cuenta lo difícil que es para un equipo afrontar los cambios tan profundos en los que se han embarcado con su paso de Renault a Alpine.
No ha sido sólo un cambio de nombre: ha salido Ricciardo y ha llegado Alonso, se ha ido el jefe del equipo, ha aterrizado Davide Brivio sin experiencia en la F1 y han cambiado la estructura de dirección del equipo. Todo esto bajo la nueva visión de Luca de Meo de tener a Alpine dentro de una estrategia global de coches deportivos con la punta de lanza en el equipo de Fórmula 1.
«Tener su experiencia como bicampeón del mundo y muy motivado es muy valioso. Este equipo ha pasado pro varios cambios y se beneficiará de sus aportes», añadió Brawn.
Las esperanzas de Alpine están puestas en 2022, cuando quieren dar un salto importante. El cambio de normas de la próxima temporada permitirá a los equipos ser más creativos en las soluciones que ponen en pista. Esta temporada debería servir para engrasar el equipo de F1 en pista y a Alonso para adaptarse por completo al coche.