Cuando Frank Williams y Patrick Head debutaron con el equipo Williams allá por 1977, y comenzaron a construir sus propios coches al año siguiente, creo que ni ellos mismo podrían imaginar que tendrían un palmarés de nueve campeonatos del mundo de constructores.
El equipo permaneció con Frank Williams hasta 2013, cuando su hija Claire tomó el relevo, aunque ya estaba lejos de sus años de mayor gloria. Su último campeonato data de la temporada 1997 y hay que remontar hasta el Gran Premio de España de 2012 para ver a un piloto de Williams vencer en una carrera de Fórmula 1. En toda la etapa de Claire Williams al frente del equipo no pudo festejar ninguna victoria.
Tenía ante sí un reto muy complicado, llevar de nuevo al equipo hasta los días en los que estaba luchando con los mejores de la parrilla. En realidad el viaje se hizo al contrario, con las tres últimas temporadas ocupando el último lugar de la tabla de clasificación. La pasada temporada ni siquiera lograron sumar ningún punto, algo que no había ocurrido en los 44 años del equipo de Grove.
Pero para ajustarnos a la verdad, tratar de mantener un equipo casi familiar que tenía su fuerte en la fabricación de monoplazas contra gigantes de la industria del automóvil no parece una lucha justa.
«Siempre que las cosas no van tan bien en la vida, se debe principalmente al dinero. La Fórmula 1 se volvió increíblemente cara en muy poco tiempo», dijo Claire en un podcast para la publicación británica The Spectator. «Los mejores equipos han gastado 500 millones en comparación con nuestros 120 millones, eso simplemente no es competir en igualdad».
«Desafortunadamente, no tuvimos el lujo de tener un patrocinador principal importante o un fabricante de coches que inyecte 100 millones al equipo cada año», añadió con cierta resignación.
El equipo logró dos terceros puestos en 2014 y 2015, dos quintos en 2016 y 2017, pero a partir de 2018 se hundió al final de la clasificación de constructores de Fórmula 1. Un circulo vicioso del que es complicado salir, como no obtienes resultados no aparecen patrocinadores y como no hay patrocinadores es muy difícil lograr resultados.
Vender el equipo, la única solución viable para su supervivencia
Y esa situación terminó por obligar a buscar una solución para que pudiese continuar como equipo. Se llegó así a la venta del equipo que se anunció oficialmente el 21 de agosto de 2020.
«En 2020 tuvimos dificultades con nuestro patrocinador principal, lo que de repente significaba que faltaba mucho dinero en el presupuesto. Y luego se sumó la pandemia. Éramos entre un segundo y segundo y medio más rápidos en pista que el año anterior en muchos tramos. Sin embargo estos dos incidentes sellaron nuestro destino. Simplemente nos quedamos sin carretera», valoró la ex jefa del equipo.
En retrospectiva, ¿vender el equipo era la decisión correcta? «Realmente no teníamos otra opción. No hubiéramos vendido si tuviésemos alternativa. Fue lo correcto».
Cuando se anunció que el equipo estaba en venta, allá por mayo del año pasado, fueron muchos los que expresaron su interés por comprar el equipo. Al que la hija del fundador valoró positivamente, agregando que «fue un buen control de salud para el equipo y este deporte».
El resultado es de sobra conocido, la familia Williams se quedó fuera de un equipo que había sido prácticamente su vida y la firma de inversión Dorilton Capital fue valorado como un propietario adecuado para el equipo de Grove. «Lo hablé con mi padre, por supuesto, y con mis dos hermanos y mi esposo que también están involucrados».
Complejos reglamentos y tensiones internas en el equipo
Claire Williams reconoció que hubo «bastantes problemas internos con el personal», aunque no quiso dar nombres todos intuíamos que las cosas no marchaban bien en el seno del equipo. Que el director técnico Paddy Lowe estuviese en excedencia desde el inicio de la temporada 2019 no pintaba bien, terminó dejando el equipo en junio.
Pero no sólo los problemas con miembros relevantes del equipo, la creciente complejidad de las normas ha puesto en desventaja a lo equipos independientes. Claire se quejó de que las piezas de un coche que un equipo debe fabricar por sí mismo se han «diluido».
«Eso permite a los equipos nuevos comprar ciertas partes del coche a los mejores equipos, lo que les hizo significativamente más rápidos», lo que, en buena parte, en opinión de Claire Williams les llevó a estar en la parte baja de la clasificación sin opciones de remontar.