Si te das una vuelta por los alrededores de la fábrica de Ferrari no verás a nadie haciendo malabares o andando sobre una cuerda floja como si de una actuación del circo se tratara, pero, metafóricamente hablando, eso es lo que lleva haciendo durante un tiempo el Departamento de Producción, primero cumpliendo con las exigencias de los coches de 2012 y 2013 y con la necesidad también de tener la mira puesta en 2014.
«El hecho de haber estado luchando por el título hasta la última carrera en 2012 hizo que tuviésemos que desarrollar componentes tales como alerones o piezas de carrocería para las últimas pruebas, para Estados Unidos y Brasil, sin dejar de desarropar al mismo tiempo el nuevo coche de 2013», explica el director del Departamento de Producción de la Scuderia, Corrado Lanzone.
«Así que se requirió de un gran esfuerzo en términos de disciplina, a la hora de respetar el plan que permitiera llevar a cabo ambos programas -de los coches- sin que uno comprometiera al otro. Con el fin de poder seguir llevando mejoras para el F2012 para seguir peleando hasta el final y no afectar la labor tan importante con el F138, impusimos una reglas organizativas muy estrictas, lo que implicó un gran esfuerzo por parte de todos los trabajadores aquí, en la fábrica, y de los proveedores externos, para poder alcanzar así los objetivos que nos habíamos fijado».
El hecho de que haya una estabilidad general en la reglamentación no conlleva necesariamente una disminución de la cantidad de trabajo, puesto que siempre existe un margen de mejora.
«Con el F138 nuestras dos prioridades eran la reducción de peso y la miniaturización», continúa Lanzone. «Siempre que las normas permanecen sin cambios los ingenieros centran sus esfuerzos en la reducción de peso, distribución del peso y producción de componentes al más alto nivel posible. Esto lleva a confrontar muchos desafíos en el área de producción, situándonos a la vanguardia tecnológica en estos frentes de reducción de peso y miniaturización de los componentes».
«La fase de producción es vital para conseguir que el trabajo se realice correctamente, puesto que mientras que es relativamente simple cambiar la forma de las partes externas del coche durante la temporada, la tarea se complica cuando se trata de componentes del núcleo. La miniaturización, sobre todo en la parte trasera del coche, nos permite sacar diseños de componentes aerodinámicos que nos proporcionan una ganancia de puntos en términos de eficiencia aerodinámica y, eventualmente, en tiempo por vuelta».
Trabajar en dos monoplazas a la vez seguirá siendo la tónica de este año. «Como la necesidad de continuar el desarrollo del F2012, a la vez que se trabajaba en el nuevo F138, ahora nos enfrentamos con otro solapamiento, que viene de la necesidad de seguir mirando el desarrollo y la fabricación relativos al coche de 2014 y su nuevo motor, sin dejar de pelear duro en 2013», declara Lanzone.
«Nuestro propio personal y los proveedores deberán una vez más adoptar un enfoque muy disciplinado para no comprometer ninguno de los programas, requiriendo de un especial esfuerzo en el aspecto organizativo, puesto que cada elemento del coche debe estar preparado para los diferentes pasos con el fin de tener completado el proyecto en el tiempo preestablecido, para poder estar en la mejor posición posible de cara a 2014».