La Navidad son fechas señaladas donde muchos se reúnen en torno a una buena mesa con sus seres queridos, por tradición unos días donde los excesos suelen pasar factura cuando uno se sube a la báscula, pero no está siendo así para los pilotos de McLaren, ya que cada gramo cuenta en el monoplaza.
Tanto Lewis Hamilton como Jenson Button mantienen una dieta estricta en esta época del año como una parte más de su entrenamiento para intentar subir a lo más alto del podio la próxima temporada.
Incluso el día de Navidad, cuando gran parte del mundo se deja llevar por los excesos, a Hamilton le tocó desayunar un batido de proteínas con dátiles y pasas, seguido de judias con arroz integral para la comida y pescado para la cena.
«Me siento a la mesa y veo que todos los demás tienen una buena ración de crepes, dulces, huevos, tocino, … y me estoy muriendo. Es como un castigo para mi», dijo el campeón del mundo de 2008 al tabloide británico The Sun.
Algo similar ocurre con su compañero de equipo Jenson Button.
«El equipo quiere que yo sea más ligero de lo que en realidad debería ser, en el fondo, no comer hidratos de carbono a menos que me esté entrenando duro», dijo el subcampeón de 2011.
El director general de McLaren, Jonathan Neale confirmó la obsesión del equipo, ya que cada gramo en el peso mínimo obligatorio de 640 kg puede ser de gran ayuda para estar en mejor posición obteniendo un mejor rendimiento.
«El equipo quería cambiar de trajes de carrera a los pilotos durante la temporada y añadir un logo más», reveló.
«Eso hubiera añadido 37 gramos de peso y tuvimos una fuerte discusión al respecto. Queremos que los pilotos sean lo más ligeros posible, porque eso nos da más libertad de acción con lo que se puede poner en el coche».