El dominio de Vettel aburre a los aficionados

Sebastian Vettel Corea 2013Sebastian Vettel sumó en el Gran Premio de Corea su octava victoria de la temporada, cuarta consecutiva y trigésimo cuarta de su cuenta personal. Además, lo hizo a lo grande, con su segundo ‘Grand Chelem’ (‘pole’, victoria, vuelta rápida y líder de principio a fin) seguido. Decir que Vettel es el gran dominador de la Fórmula 1 de hoy en día es una obviedad, pero, ¿es beneficioso este dominio?

La afición ya ha entonado sus protestas. Antes de llegar a Corea, ya habíamos escuchado en la celebración del podio sonoros abucheos hacia el alemán, que aunque era el receptor de los mismos, no era el objetivo de las críticas. Los fans se quejaban del aburrimiento que generaba ver siempre al mismo llevándose victoria tras victoria de un modo aparentemente fácil, sin que sus rivales puedan hacer nada para evitarlo, ni plantarle cara en condiciones normales.

Dicho de otra manera: al aficionado medio de la Fórmula 1 actual no le gusta ver ganar sólo a un piloto, o al menos no sin batirse el cobre. Vettel se proclamará campeón, irremediablemente, y tiene la opción de hacerlo a falta de cuatro carreras para el final. En Japón, al de Red Bull le valdría con ganar este fin de semana Japón -algo que, visto lo visto, puede conseguir- y que Fernando Alonso no sea octavo o mejor. Será su cuarto título consecutivo, igualará a Alain Prost y se convertirá, junto con el francés, en el tercer mejor piloto de la historia en cuanto a coronas mundiales se refiere.

La memoria es un papel muy fino, y son muchos los que ya han quemado el recuerdo del lustro dominador de Michael Schumacher con Ferrari. El ‘kaiser’, claro precursor y ejemplo deportivo para Vettel, sumó cinco títulos consecutivos desde 2000 hasta 2004 sin que prácticamente nadie se lo pudiera discutir. Hasta el bienio glorioso de Fernando Alonso con Renault en 2005 y 2006, era Schumacher el que encabezaba la lista de favoritos en cada gran premio.

«Yo me iba a dormir»

Las similitudes con la época de Michael Schumacher son muchas, y no todas positivas. De hecho, Lewis Hamilton utiliza el claro paralelismo entre los dos alemanes para solidarizarse con la afición. «Recuerdo la ‘época Schumacher’. Yo me levantaba por la mañana para ver la salida y después me iba a dormir porque sabía qué pasaría. Estoy bastante seguro de que mucha gente hace lo mismo hoy», explica el piloto inglés de Mercedes en declaraciones recogidas por la BBC.

No obstante, a diferencia del reinado de Schumacher, ahora el dominio de Vettel levanta más suspicacias que admiración, sobre todo en comparación con los mil y un problemas que suele sufrir su compañero Mark Webber. La relación entre ambos, rota desde hace mucho tiempo y más desde el affaire ‘Multi 21’ de Malasia, se ha convertido en prácticamente una servidumbre. Webber no ha vuelto a estar a la altura de su compañero desde entonces, y su marcha de la Fórmula 1 cuando acabe la presente campaña no ha hecho más que convencer a sus detractores de que ha sido completamente barrido por Vettel. No obstante, y siendo justos con el australiano, la mala suerte se ceba con él. Que un neumático de Sergio Pérez reventara justo cuando él iba por detrás, que uno de los trozos del McLaren le obligara a parar en boxes y que, justo después, Adrian Sutil le diera por detrás en el ángulo preciso para que el escape tocase el depósito de aceite y éste ardiese, sólo se puede calificar como una tremenda mala suerte.

Desgaste mental de Alonso

Si hay a alguien a quien el aburrido dominio de Vettel le está pasando una factura psicológica muy fuerte, ese es sin duda a Fernando Alonso. El piloto asturiano lleva dando lo mejor de sí en estos últimos cuatro años, y siempre se ha quedado a las puertas de conseguir batir a Vettel. Especialmente en 2010 y 2012, Alonso ha sido el único en plantar batalla al rubio alemán del dedo índice más famoso del mundo, y eso supone un desgaste mental muy fuerte.

Alonso empieza a cansarse de luchar contra tsunamis a bordo de barcas de remos, y Ferrari debe responder en consecuencia. Para él, y para todos, la temporada 2014 se presenta como una oportunidad perfecta para revertir el rumbo que está tomando la Fórmula 1 de hoy en día y acabar, antes de que se haga incontrolable, con la autoridad de Vettel.

Antes habrá que pasar cinco trámites. Japón, India, Abu Dabi, Estados Unidos y Brasil están acabando de ponerse guapos para albergar sus respectivas citas con la Fórmula 1, y por el bien del espectáculo esperemos que sea la última la que confirme el irremediable tetracampeonato de Sebastian Vettel.

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