Domingo de lluvia y de poca fortuna en Moscú. La quinta edición del Moscow City Racing, el evento que desde 2008 reúne a lo mejorcito del automovilismo deportivo en el corazón de la capital rusa, se llevó a cabo bajo una lluvia intermitente, que en ocasiones cayó con mucha fuerza.
Pero esto no evitó que se ofreciera un gran espectáculo, aunque quizás demasiado en el caso de Kamui Kobayashi. El piloto japonés, sin duda uno de los más aplaudidos por el numeroso público repartido a lo largo de los más de 3800 metros de pista, se vio sorprendido, durante su última tanda de vueltas, por un asfalto demasiado resbaladizo, y acabó chocando contra las barreras en un momento en el que la lluvia caía con mucha intensidad.
El F60 resultó bastante dañado, para deleite (en tono irónico, obviamente) de los mecánicos del departamento de F1 Clienti, quienes sin embargo no perdieron el ánimo y realizaron con gusto sus tareas, consiguiendo tener preparado un segundo coche con el que Kamui y la Scuderia pudieron despedirse de la mejor forma posible del público: dando una última vuelta de honor con las murallas del Kremlin y la Catedral de San Basilio de fondo.
«Ha sido bonito haber tenido la posibilidad de representar a la Scuderia Ferrari en un evento así de importante», dijo Kamui a www.ferrari.com al final de la jornada. «Por ello, me gustaría volver a dar las gracias al equipo y a su patrocinador Kaspersky Lab. Es importante poder acercar la Fórmula 1 al público con eventos promocionales como éste: una pena por la lluvia, puesto que de no haber llovido, probablemente hubiese acudido aún más público».
«¿El accidente? La pista estaba muy resbaladiza y en ese punto había una protuberancia especialmente elevada y es por ello que me fui contra la barrera. Lástima, aunque estoy contento de que el equipo me permitiera volver a pista tan solo unos minutos más tarde».
De los cinco equipos de Fórmula 1 presentes en Moscú, solamente la Scuderia contaba con dos coches listos para ser puestos sobre la pista. Cuando uno lleva un monoplaza de F1 por las calles de una ciudad como ésta, Moscú, con las barreras tan cerca y las escapatorias reducidas a su mínima expresión, los riesgos de chocar son obviamente más elevados con respecto a un circuito permanente. Tienes que tener a tu disposición un buen número de piezas de repuesto, e incluso un segundo coche, para no privar a los espectadores de un espectáculo (la máxima expresión del automovilismo deportivo) del que quizás no hubiesen podido disfrutar, al menos tan de cerca, en otras circunstancias. Nunca antes la elección de la Scuderia había estado tan acertada.
«Es un año especial para mí”, dijo Kamui. «Preferí aceptar una nueva aventura con Ferrari corriendo con el 458 GT, antes que quedarme parado. En el FIA WEC tenemos que recuperar algo de terreno con respecto a los mejores, pero aún quedan cinco carreras por disputar y, si mejoramos el coche, aún contamos con la oportunidad de llevar el título a casa. Personalmente, creo que he causado una buena impresión, teniendo en cuenta que es mi primera temporada en una competición de coches así y con un compañero, Toni Vilander, muy fuerte, y que lleva participando en este tipo de carreras desde hace una década».
«En este momento hay muchos equipos que prefieren escoger a sus pilotos en base al dinero que pueden aportar, que por sus habilidades en pista: espero que esta tendencia cambie, porque mi objetivo es volver allí lo antes posible y estoy trabajando duro para lograr éxitos. Mientras tanto, todo lo que puedo hacer es dar el máximo por Ferrari en las competiciones de Gran Turismo y estar a disposición del equipo para lo que puedan necesitar, como en esta ocasión, o como cuando me pidieron que contribuyera en el desarrollo del monoplaza trabajando en el simulador».
«Me he quedado muy impresionado con la ciudad. Vengo de una ciudad grande como Tokyo, donde no se siente tanto el peso de la historia como aquí, en Moscú. Además, ha sido bonito ver tanto entusiasmo por la Fórmula 1: se puede observar mucha pasión y deseo de ver coches de carreras de verdad. ¡Espero de veras que el próximo año Rusia pueda celebrar su primer Gran Premio!».