Irónico Bernie Ecclestone dijo que Nelsinho Piquet «merece otra oportunidad» en la Fórmula 1, pero muchos otros protagonístas de la categoría cargaron contra el piloto brasileño, que denunció las trampas de Renault.
John Both, director general del nuevo equipo Manor, especuló con que podría sumar a Piquet a sus filas para la próxima temporada porque «es joven y valioso», según declaraciones publicadas por el periódico estadounidense Yorkshire Post.
Este sábado, de manera contundente, le salió al cruce Alex Tai, actual vicepresidente de la firma Virgin, patrocinador de la escudería Brawn, a la que dejará la próxima temporada para convertirse en el respaldo económico de Manor.
«No he hablado ni con Both ni con Piquet, pero puedo asegurar que no tomaremos ninguna decisión antes que termine el actual Mundial, lo único cierto es que Virgin no patrocinará bajo ningún concepto un equipo que tenga como piloto a alguién que ha hecho trampas», avisó el empresario.
También descubrimos que el equipo Piquet GP, que corrió en el último campeonato de la categoría GP2 Series con Antonio Valerio y Roldán Rodríguez, sustituyó con el ingeniero Roberto Costa al director técnico Felipe Vargas, íntimo amigo de Piquet hasta el punto de que fue el primero en conocer el caso de Singapur 2008.
Envuelto en las críticas, Piquet recibió el apoyo de Ecclestone, quien auspició su retorno a la Fórmula 1. «Sería un piloto ideal para cualquier equipo, ya que hace sin chistar lo que le ordenan», fueron sus declaraciones cargadas de ironía.
Y mientras la mayor parte del paddock no considera que Piquet tenga posibilidades de regresar a la Fórmula 1, el que todo el mundo cree que volverá, y sin tardar mucho, es su ex jefe Flavio Briatore sancionado de por vida por la FIA.
Flavio ya avisó que cuando regrese a la F1 hará una fiesta para todos los que estén a su lado en estos duros momentos para Mr. Billonaire. Las pruebas contra Briatore se sustentan en la acusación de Piquet y la confesión de un testigo anónimo, uno de los ingenieros de Renault. Unas pruebas bastante frágiles para sancionar a alguien con su salida de por vida.