Michael Schumacher: Ficha piloto de F1

El apellido Schumacher estará vinculado por siempre al mundo de la Fórmula 1. A pesar de que los hermanos Schumacher coincidieron en el tiempo en el Campeonato Mundial de F1, fue Michael quien eclipsó todos los registros.

El récord de 5 mundiales logrados por Juan Manuel Fangio se mantuvo durante cinco décadas, hasta que Michael Schumacher eclipsó todos los registros de este deporte al lograr 7 campeonatos de pilotos y superar todos los récords logrados hasta el momento en número de poles, podios y victorias.

Aunque su ética en la pista fue cuestionada en muchos momentos de su carrera, lo que le convirtió en un polémico piloto, al igual que su decisión de regresar después de retirarse tras la temporada 2006, su absoluto dominio de la Fórmula 1 cuando estaba en su mejor momento está fuera de toda duda.

Podcast F1 Muro de Campeones: Michael Schumacher, la referencia de la Fórmula 1

De los orígenes humildes a destacar como piloto

La historia del piloto imbatible a principios del siglo XXI fue de lo más normal. Nacido el 3 de enero de 1969 en un pueblecito cerca de Colonia (Alemania) empezó a pilotar en la pista de karts que gestionaba su padre, de profesión albañil, y donde su madre dirigía la cantina, lo que permitía a los hijos de la pareja pasar mucho tiempo en la pista.

A los 6 años logró ganar su primer campeonato de karts, dejando patente que tenía madera de piloto, así que su padre, que no contaba con la financiación necesaria para permitirse el lujo de inscribir a su hijo en los campeonatos, buscó el patrocinio necesario permitiendo a Michael progresar rápidamente.

Para 1987 logró el campeonato alemán y europeo de karts, y decidió dejar los estudios para trabajar como aprendiz de mecánico, un trabajo que pronto fue reemplazado por ser piloto de carreras a tiempo completo ante los buenos resultados que cosechaba el joven alemán.

El título de F3 alemana llegó en 1990 lo que le valió un contrato con Mercedes para pilotar coches deportivos. Pero al año siguiente logró un sorprendente debut en la Fórmula 1, al lograr clasificarse en un sorprendente séptimo puesto con un Jordan en el Gran Premio de Bélgica de 1991.

La escudería Jordan contaba con los pilotos Andrea de Cesaris y Bertrand Gachot en la temporada de 1991. A Gachot le condenaron a prisión por un altercado en el que roció a un taxista con gas lacrimógeno el año anterior, así que Eddie Jordan salió en busca de un piloto sustituto. Willy Webber, mánager del piloto alemán, aseguró a Eddie Jordan que su pupilo conocía a la perfección el trazado ya que vivía cerca. La realidad es que nunca había competido en Spa, Jordan recordó en una entrevista el episodio diciendo que le preguntó antes del debut al piloto si había estado antes en Spa (en referencia a si había pilotado) y Michael respondió que por supuesto que había estado; no mentía, había estado antes de visita.

Pero esta anécdota en su debut quedó eclipsada cuando logró la séptima posición en la sesión de clasificación, ahí se disiparon todas las dudas. En carrera no tuvo tanta suerte, un fallo en su monoplaza le impidió completar la primera vuelta. Para la siguiente carrera en Monza, Flavio Briatore, que tenía muy buen ojo para detectar a futuros campeones, ya le había ofrecido un contrato en F1 con Benetton echando sin pensarlo al brasileño Roberto Moreno y poniendo al joven Michael como compañero de Nelson Piquet.

El bicampeonato con Benetton y su salto a Ferrari

Spa sería para siempre un talismán para Schumacher, al año siguiente ganaría su primera carrera en Fórmula 1, el Gran Premio de Bélgica de 1992. Durante las siguientes cuatro temporadas con Benetton ganó otras 18 carreras y dos campeonatos en 1994 y 1995. El primero quedó algo empañado porque las sospechas de que el equipo tenía algo irregular en su monoplaza eran comentario habitual en el paddock, quizás auspiciadas por uno de los pilotos más relevantes del momento: Ayrton Senna, y porque en su enfrentamiento por el título Schumi chocó (deliberadamente opinaban algunos) con su rival más inmediato: Damon Hill.

Todas esas dudas que rodearon el primer título del alemán quedaron disipadas cuando logró el bicampeonato en 1995. Para sorpresa de muchos, el Kaiser decidió aceptar una oferta de Ferrari, por aquel entonces un equipo en completo desorden y que no lograba un campeonato de pilotos desde que Jody Scheckter venciese en 1979.

La temporada de 1996 ya dejaba entrever que la combinación Schumacher-Ferrari iba a funcionar: Michael logró tres victorias; a las que hubo que sumar cinco más en 1997, una temporada en la que llegó una de las maniobras más polémicas del Kaiser en pista: en la última carrera en Jerez, Gran Premio de España de 1997, Schumacher trató de sacar de pista al Williams de su rival por el título, Jacques Villeneuve. Como castigo por la maniobra Schumacher fue descalificado del campeonato perdiendo todos los puntos y el subcampeonato.

Para 1998, el McLaren de Mika Hakkinen se mostró mucho más fuerte que el Ferrari, Michael luchó toda la temporada contra el finlandés, pero finalmente las 8 victorias del McLaren frente a las 6 del Ferrari dieron el título a Hakkinen. La tercera corona se le resistía a Schumi.

La temporada de 1999 auguraba la revancha entre Schumacher y Hakkinen, pero el accidente de Michael en el Gran Premio de Gran Bretaña de 1999, donde el alemán terminó con una pierna rota (la única lesión de su carrera), frustró su oportunidad de luchar por el tercer entorchado.

Cinco títulos consecutivos le consagraban con el gran campeón de la F1

Y por fin en el año 2000 llegó el tercer título para el Kaiser, y el primero en 21 años para un piloto de Ferrari. A partir de ahí llegaría la época de oro del piloto alemán, su dominio fue imparable.

En 2002 ganó 11 carreras y subió al podio en las 17 carreras de la temporada, empataba a Juan Manuel Fangio con cinco títulos mundiales. Al año siguiente llegaría el sexto título y en 2004 el séptimo, logrando el récord de 13 victorias en la temporada, de un total de 18 carreras, y firmando el título por un amplio margen.

Al igual que todos los grandes pilotos de la historia, Schumacher contaba con la ambición, confianza, motivación y dedicación excepcionales. Lo que le ayudó a estar en la cima de este deporte durante tanto tiempo, pura pasión por las carreras y una búsqueda interminable de donde encontrar un punto de mejora en su pilotaje.

Su talento natural para el pilotaje, perfeccionado carrera tras carrera, se combinaba con una capacidad mental que le permitía tomar decisiones en fracciones de segundo adaptándose a las circunstancias cambiantes de la pista, logrando una anticipación, mientras pilotaba al límite, que pocos pilotos han logrado a lo largo de la historia. Se mantenía en un estado de forma increíble, entrenaba mucho más duro que cualquiera de los pilotos coetáneos, y trabajaba con una gran conciencia de los límites de su monoplaza y de sí mismo (rara vez le vimos cometer errores en pista).

Ningún otro piloto trabajó más duro y por tanto tiempo para el equipo italiano, quizás por ello el alemán fue el más apreciado de los pilotos que ha tenido en la historia la Scuderia, a quien ayudó a lograr 6 títulos de constructores consecutivos. La simbiosis entre Ferrari y Schumacher fue tan grande que hablar de Michael en Italia era hablar de Ferrari, y nadie se imaginaba a la Scuderia sin Schumacher.

Retirada de la F1 y el octavo título que se le escapa entre los dedos

Las temporadas de 2005 y 2006 fueron especialmente complicadas. En Ferrari no entendían que pasaba con el monoplaza, Fernando Alonso se hizo con su primer mundial sin que el binomio Ferrari-Schumacher fuese ni la sombra de lo que fue en 2004. Para 2006, una reclamación sobre el mass dumper del Renault, que la FIA declaró ilegal, igualó el campo de batalla y la contienda entre Alonso y Schumacher se hizo notar en la pista.

Para las últimas carreras de 2006 todo parecía a favor de que Michael ganase el título. En el Gran Premio de Japón 2006, donde Alonso y Schumacher llegaban empatados a 116 puntos, tras la sesión de clasificación el alemán saldría segundo y el español quinto. El desarrollo de la carrera hacía presagiar que Schumi saldría hacia Brasil (última carrera de ese año) con ventaja sobre el piloto de Renault; pero en la vuelta 36 el Ferrari de Schumacher rompía el motor, algo que no le sucedía al alemán desde el Gran Premio de Francia del 2000, y Alonso ganaba la carrera llendo a Interlagos con 10 puntos de ventaja en el mundial.

En esa temporada de 2006 y con un nuevo subcampeonato, el piloto más laureado de todos los tiempos, que ya había anunciado su retirada tras ganar el Gran Premio de Italia 2006, colgó definitivamente el casco. Hasta la fecha, ha sido el único piloto en la historia que ha logrado cinco títulos consecutivos y sólo Lewis Hamilton logró empatar sus siete coronas.

Regreso a la F1 con Mercedes y retirada definitiva

Sin embargo, su tiempo fuera de las pistas fue algo temporal, tras tres años como asesor de Ferrari, el alemán sucumbió al atractivo de pilotar para el nuevo equipo Mercedes con Ross Brawn, quien le había acompañado la mayor parte de su carrera, al frente.

Las críticas no tardaron en llegar. Por una parte, aquellos que pensaban que Schumacher era Ferrari y Ferrari era Schumacher, y no era algo divisible. Después de tantos triunfos y días de gloria un nuevo regreso del Kaiser a las pistas de F1 no debía producirse con otro equipo, en Italia se caía un mito. Por otra parte, los que cuestionaban la decisión del siete veces campeón de arriesgar su reputación con un equipo que estaba lejos de poder luchar por algo importante.

En su última temporada, en 2012, entre sus oponentes estaban otros cinco campeones del mundo: Kimi Raikkonen, Fernando Alonso, Sebastian Vettel, Jenson Button y Lewis Hamilton; todos ellos con más de diez años menos que el heptacampeón. Casi nada, seis campeones del mundo en la parrilla, todo un disfrute para quienes amamos este deporte.

“Disfruté la mayor parte”, dijo Schumacher sobre su retorno a las pistas. “No fue tan exitoso como antes, pero aún así aprendí mucho para la vida. Descubrí que perder puede ser más difícil y más instructivo que ganar”.

Quien escribe estas líneas da fe del gran trabajador que era Michael Schumacher, de los primeros pilotos, y con diferencia, que llegaba al trazado y se ponía a trabajar con sus ingenieros en la carrera de ese fin de semana. No estaría luchando por nada importante en esta última etapa, pero no se puede negar que era un trabajador incansable en pro de mejorar su coche y su pilotaje; incluso cuando ya no tenía nada que demostrarle a nadie.

Accidente de esquí y su retirada de la vida pública

En la más cruel de las ironías, después de lograr sobrevivir a tantas temporadas (disputó 19 temporadas de Fórmula 1) en esta peligrosa profesión y sólo un año después de su retirada, el 29 de diciembre de 2013, mientras esquiaba con su familia en los Alpes franceses, sufrió un accidente que le causó graves daños cerebrales y le dejó en coma durante varios meses.

Al salir del coma tuvo que enfrentarse a un largo período de rehabilitación y su familia decidió apartarle por completo de la vida pública. Desde entonces, las pocas noticias que llegan de Michael Schumacher no dejan entrever un panorama demasiado alentador. Por decisión de su familia, muy pocas personas han podido visitar al piloto desde entonces.

El 2 de enero de 2019, un día antes de que Michael cumpliese los 50 años, la familia emitió un comunicado en el que explicaban que seguía “en las mejores manos y que hacemos todo lo posible para ayudarle. Entiendan, por favor, que sigamos los deseos de Michael y que mantengamos una cuestión tan delicada como su salud, como siempre, en privado”.

El famoso piloto de F1, trabajador incansable y amante de las carreras, también ha sido siempre muy celoso de su intimidad; incluso cuando era una figura pública muy notable y estaba en el apogeo de su carrera, siempre ha mantenido a su familia alejada de los focos y se ha mostrado siempre muy tímido y reservado con su vida privada.

La llegada de su hijo Mick a la Fórmula 1 en 2021 como piloto de Haas devolvió el apellido Schumacher a la parrilla, pero por el momento no ha logrado, ni de lejos, emular los éxitos de su padre.