Luca di Montezemolo debe sentirse aburrido, porque no contento con decir que añora a Schumacher, ha vuelto a repetir que él no aprueba a los nuevos equipos de la Fórmula Uno y que Ferrari es lo único que hace que la F1 sea precisamente eso, Fórmula Uno.
A raíz del éxodo del fabricante de coches, el presidente de Ferrari expresó su deseo de ver cómo se les permitía a los grandes equipos tener tres coches en pista. En lugar de esa medida, se incluyeron seis nuevos coches, los de Virgin, Hispania y Lotus. Este último equipo debutó con el apoyo de la FIA y de Bernie Ecclestone, y ha demostrado estar a la altura de resto de equipos de la parrilla a pesar de ser un ‘novato’.
Pero a principios de año, desde el equipo con base en Maranello ridiculizaron la lista de los equipos de esta temporada asegurando que se merecían más el nombre de “Fórmula GP3”.
Montezemolo, en su afán de protagonismo, sale hoy en Tuttosport diciendo que “en el 60 cumpleaños de la Fórmula Uno, Ferrari celebra su gran premio número 800. Déjeme decir con orgullo que nadie será capaz de batir este record. Para nosotros es una fuente de gran satisfacción y orgullo porque representa que Ferrari ha estado ahí incluso en los tiempos difíciles, mientras que otros equipos han ido y venido.”
Vamos, que sin Ferrari la Fórmula Uno no sería nadie, y supongo que se quedaría con ganas de decir que sin Michael tampoco. Quizá no le falte razón, pero hay que ser un poco más humilde.
Pero el italiano, no contento con terminar así sus declaraciones, añadió lo siguiente confirmando lo que antes solo insinuaba: “repito que la Fórmula Uno sin Ferrari no es Fórmula Uno, y este año hay muchos equipos que deberían estar corriendo en GP2”.
Pues a pesar de estas palabras, y del incuestionable recorrido de éxitos de la escudería durante estos años de F1, esta temporada, un equipo que ya no tiene etiqueta de ‘nuevo’ pero que tampoco ha conseguido la de ‘consagrado’ está fulminando a los nuevos, a los pequeños, a los grandes e incluso (desde la perspectiva de Montezemolo) a la divinidad roja de Maranello.
Es innegable el virtuosismo que este año están mostrando Red Bull y sus dos pilotos, a pesar incluso de los problemas de fiabilidad. Como Montezemolo no se corta en sus opiniones yo tampoco lo haré y me atrevo a decir que cuando Red Bull pula sus problemas de fiabilidad, proyectará una enorme sombra sobre Ferrari.
Emma Velo