Al igual que la mayoría de empresarios relacionados con la F1, el organismo rector de la máxima categoría, la Federación Internacional del Automóvil, también quiere un trozo de la suculenta tarta en la que se ha convertido la salida a bolsa anunciada para finales de junio y que ya ha puesto los dientes largos con la venta del 20% a un grupo norteamericano.
En medio de toda esa planificación para la valoración en su presentación en la bolsa de Singapur, un detalle crucial que ha escapado: el ente regulador, la FIA, todavía no ha firmado el nuevo Acuerdo de la Concordia.
Sky News informó ayer jueves que el presidente del organismo con sede en Paris, Jean Todt, se ha buscado a un banco de inversión para que les asesore sobre las implicaciones de las actuales idas y venidas sobre el asunto.
«Este es un esfuerzo muy importante de la FIA por poner sus manos sobre la parte del valor económico que los gestores y propietarios de la F1 han creado», dijo una fuente cercana. «Están dando sus pasos ahora porque este es el momento de intensidad máxima».
Otra pieza perdida en el rompecabezas en el que se está convirtiendo esta operación es la firma del nuevo acuerdo por parte de Mercedes, puesto que el fabricante de automóviles alemán se siente menospreciado en relación al resto de equipos y amenaza a Bernie Ecclestone con hacer un agujero en la valoración que se pueda hacer del Gran Circo.
Incluso algunos medios han revelado días atrás que el equipo con sede en Brackley ha solicitado un informe para aclarar las consecuencias de una salida de la F1.
«Creo que tenemos un largo camino por recorrer antes de llegar a las soluciones finales», dijo el jefe del equipo Ross Brawn a los periodistas en Mónaco. «No creo que las cosas estén cerradas todavía».