Unos cien mil espectadores, pese a la temperatura de casi 30 grados, asistieron hoy a la exhibición que la Fórmula 1 ofreció en un circuito de 4,5km por los Muros del Kremlin, en los alrededores de la Plaza Roja de una Moscú que sueña con albergar una carrera de la categoría.
David Coulthard (Red Bull Racing), Heikki Kovalaien (Mc Laren Mercedes) y Kazuki Nakajima (Williams) giraron a unos 300km por hora en la segunda edición de la Bavaria Moscow City Racing, que contó con 450 periodistas acreditados, 130 de los cuales extranjeros y precisó de 60 autorizaciones de diversos entes para correr en la histórica área de la Plaza Roja.
Un momento de pavor ocurrió cuando una espléndida Bugatti EB 110 azul de 1993 estalló en fuego tras un despiste cuando desfilaban unos ochenta automóviles deportivos históricos que tenían un valor total de un millón y medio de euros, entre los cuales Ferrari, Porsche, Maserati, Lamborghini, Bentley, BMW,Cadillac, Chevrolet y Mercury.
«La F-1 tiene muchos fans en Rusia. Es tiempo de que tengan su carrera, una prueba estilo Montecarlo», dijo Coulthard.