El colombiano Juan Pablo Montoya considera a la Fórmula 1, de la que se retiró en 2006, como «el paraíso de la política, donde todos odian a todos y sólo piensan en hacerle trampas a los adversarios».
El ex piloto de Williams y McLaren, actualmente en la categoría norteamericana Nascar donde es uno de los 12 pilotos con posibilidades de ganar el campeonato, dijo a La Gazzetta dello Sport que no extraña «para nada» a la F-1.
«Mi experiencia me dice que allí uno trabaja dando lo mejor pero con la sensación de que es tu propio equipo el que rema en contra, cuando lo entendí me di cuenta que tenía dos posibilidades: ser como Rubens Barrichello, el eterno segundo en Ferrari, o buscarme algo mejor», afirmó Montoya.
El colombiano marcó singulares diferencias con la fórmula Nascar: «Corremos a 300 kilómetros por hora pero es un mundo diferente, porque si ves a tu rival en dificultades tratas de ayudarlo, en la F-1 cuando un colega se equivoca nadie le echa una mano».
Según Montoya, uno de sus mejores recuerdos es su victoria en el Gran Premio de Italia 2001, empañada por la catástrofe del 11 de septiembre (ocurrida esa semana) con el atentado terrorista a las Torres Gemelas de Nueva York.
«En el podio no festejé, tanto que ni siquiera destapé la botella de champán, la conservo en mi casa, pues las imágenes terribles de lo que había sucedido me rondaban sin cesar por la cabeza», evocó Montoya.
La carrera del colombiano en F1 se extendió entre 2001 y 2006: primero en Williams (cuatro años) y después en McLaren(dos), disputando 94 Grandes Premios con siete victorias y 13 poles.