Michael Schumacher anunció hoy que no volverá a la Fórmula 1 debido a que no superó los persistentes dolores en el cuello, por lo que en Ferrari, frustrados, informaron que Luca Badoer será el sustituto de Felipe Massa.
«Desgraciadamente, y pese a todos los esfuerzos que he hecho, no estoy en condiciones de sustituir» a Massa a partir del 23 próximo en Valencia, dijo Schumacher, siete veces campeón mundial y cuyo anuncio de retorno había revolucionado a la Fórmula 1.
En un breve comunicado en su web personal, Schumacher aseguró «haber hecho todo lo posible», pero que «con amargura», debe «confesar que no lo he logrado, pese a haber intentado todo desde el punto de vista médico y terapéutico», según escribió.
Su puesto en Valencia, en el próximo GP de Europa, será ocupado por el italiano Badoer, uno de los dos pilotos probadores de Ferrari (el otro es el español Marc Gené), quien desempeña ese rol desde 1998, con un paréntesis breve cuando en 1999 corrió para Minardi.
El presidente de Ferrari, Luca Cordero de Montezemolo, se manifestó «muy triste», pero dijo que Schumacher «puso gran empeño y una extraordinaria motivación en esta empresa» que había «entusiasmado» a Ferrari «y a todos nuestros simpatizantes en todo el mundo».
Desde el primer momento, cuando Schumacher anunció su retorno, su médico personal Johannes Peil, director de la Sporklinik de Bad Nauheim, había expresado dudas sobre la respuesta que darían sus músculos del cuello, los más exigidos por la fuerza lateral que imprime un Fórmula 1 en las curvas.
Las vértebras del cuello y de la cabeza fueron las que más sufrieron cuando, en febrero pasado, y mientras efectuaba un entrenamiento en moto, Schumacher sufrió una seria caída en el circuito de Cartagena, que lo obligó a desistir de seguir corriendo en el campeonato alemán Superbike.
«Hasta ahora, nadie ha podido conocer con certeza qué sucedió, sólo Michael lo sabe exactamente», había advertido días atrás Peil cuando Schumacher anunció su retorno, y agregó que la situación se aclararía definitivamente después de que el piloto volviera a subirse a un Fórmula 1.
Schumacher lo hizo el 31 de julio en el circuito de Mugello, con un Ferrari F2007, y al término de una intensa jornada de pruebas dijo que sintió un «lacerante dolor en el cuello», que evidentemente no fue superado en los día sucesivos, pese al trabajo de los fisioterapeutas.
El piloto dedicó luego otros dos días a entrenarse con un kart en la pista italiana de Lonato, donde siguió el dolor, por lo que tomó la decisión de no retornar un día antes del nuevo test que debía realizar hoy con el Ferrari F2007.
Distintas escuderías, entre las cuales Williams, prohibieron a Schumacher probar el modelo actual de Ferrari afirmando que no debían hacerse excepciones a los reglamentos, que vetan ese clase de prácticas cuando ya está el Mundial en curso.
«Es una decisión sabia y aceptable», dijo Ralf Schumacher, hermano de Michael y ex piloto de la Fórmula 1, que «habría sido ampliamente beneficiada por la vuelta de quien sigue siendo el número uno de todos los tiempos», según admitió Norbert Haug, presidente de Mercedes Motorsport.
Schumacher, de 40 años, y retirado en 2006, había condicionado desde un primer momento su retorno a la recuperación de un buen estado físico y atlético y dijo que tanto Ferrari como su esposa Corinne apoyaban plenamente esa situación.
«Hubiera sido muy arriesgado» volver a correr en un Fórmula 1 si persisten los problemas en el cuello, aceptó a su vez Lorenzo Aulisa, responsable de ortopedia y traumatología en la Universidad Católica de Roma.
Schumacher había sido invitado por Ferrari para sustituir a Massa, gravemente accidentado en el último GP de Hungría y su retorno provocó euforia en la Fórmula 1, al punto que crecieron las ventas en los próximos GP de Valencia y de Bélgica.
«Hubiese sido un honor y un privilegio correr contra Michael, uno de los más grandes competidores, una leyenda, ahora espero que esté bien», expresó el inglés Lewis Hamilton, de McLaren, actual campeón de la Fórmula 1.