Lewis Hamilton mostró su lado más sensible en televisión el pasado viernes mientras hablaba sobre su última carrera con McLaren. El campeón del mundo de 2008 declaró entre lágrimas que el próximo año «va a ser difícil, (McLaren) es mi familia y yo me marcho a otro sitio».
Los periódicos británicos apuntan a una posible discusión entre Hamilton y el antiguo jefe de su equipo, Ron Dennis, como motivo del abandono del piloto.
Por su parte, Hamilton admitió que comunicarle su decisión al actual director de McLaren, Martin Whitmarsh, fue «la llamada de teléfono más difícil» que jamás ha hecho. «Al final tienes que decepcionar a alguna gente para tomar decisiones», dijo el piloto británico, que comparó dejar McLaren con «abandonar el hogar».
Sin embargo, Martin Whitmarsh ha manifestado su deseo de que el próximo año sea «tan sólo un paréntesis» en la carrera de Hamilton y poder tenerlo pronto de vuelta.