© FOTO STUDIO COLOMBO PER FERRARI MEDIA
Sebastian Vettel acabó demasiado pronto el Gran Premio de Baréin. Ni siquiera tomó la salida: en la vuelta de formación escuchó cómo la unidad de potencia de su SF16-H se rompía y una humareda blanca salía del escape. En el box del equipo rojo, manos a la cabeza, gritos irreproducibles tanto en italiano como en español e inglés y un sudor frío ante la bronca que iban a recibir y que, al final, se quedó en nada. Por segunda carrera consecutiva, al menos uno de sus dos coches se quedaba fuera de carrera por un problema ajeno a lo puramente deportivo: por una avería.
En la pretemporada se las prometían muy felices los de Maranello. Por rendimiento puro parecía que podían ser los únicos en toserles a los Mercedes, pero lo cierto es que se han quedado con las ganas. En las dos carreras que llevamos de temporada han conseguido dos podios… y dos abandonos. Ferrari ha mostrado lo mejor y lo peor, y la situación puede empeorar.
La falta de fiabilidad provoca el enfado del alemán y la preocupación en la Scuderia
Una de las imágenes que mejor demuestra la sensación que esto genera dentro del equipo es la actitud que tomó Vettel: ni siquiera se quedó a ver la carrera completa en el circuito.
Aunque volvió posteriormente, nada más abandonar regresó al ‘motorhome’, se duchó, se vistió de calle y se retiró a su hotel. «El problema fue una sorpresa para mí y para todo el equipo», dijo Vettel, cuyo coche había durado 13 curvas. «Fue una sorpresa lo que Kimi sufrió en Australia. Creo que lo arreglamos, y si es el mismo problema de nuevo… creo que no lo es. Claro que estoy frustrado», afirmaba después de la carrera.
En la web oficial de la Fórmula 1 colocan a Ferrari junto a otros perdedores de Baréin, como un Fernando Alonso que no corrió, un Lewis Hamilton que sigue sin conseguir una victoria o un equipo Williams cuyas estrategias harían buenas las de Napoleón a las puertas de un invierno ruso. Y lo peor para ellos no es sólo eso, sino que el motor es prácticamente insalvable. Desde la escuadra cifran en un 90% los daños que se produjo en la rotura de Baréin.
Rosberg se escapa
Mientras tanto, la ausencia de Ferrari y los problemas de Hamilton en la salida –dos pésimas arrancadas en dos GP’s que llevamos– han hecho que Nico Rosberg se encuentre con casi una carrera de ventaja sobre Lewis Hamilton. 50 puntos del alemán por 33 del británico, con Daniel Ricciardo como un inesperado tercer clasificado.
Rosberg nunca antes había logrado cinco victorias seguidas, e igualar a su compañero y máximo rival Hamilton le ha hecho ganar una confianza que, quizá, sea su mejor arma para lo que resta de campaña. El vigente campeón del mundo no puede permitirse el lujo de volver a ceder, máxime cuando tiene a un Rosberg dispuesto a dar toda la guerra necesaria para acabar con su reinado.
Partían como los únicos en condiciones de batir a los Mercedes y ya han perdido demasiado terreno en sólo dos carreras
Con un coche imbatible, la pelea por el título será cosa de dos… y otra mala carrera (la de Baréin no fue culpa suya, sino de un optimista Bottas) puede suponer una losa letal para sus sueños de convertirse en tetracampeón.
Sin Ferrari, Mercedes apunta a pasearse sin rival en lo que queda de temporada. La próxima cita, China, es otra pista que beneficia a las condiciones del W07. El monoplaza alemán cuenta con una unidad de potencia perfecta para la larguísima recta de Shanghái, lo que augura otro madrugón en España para ver cómo se pasea un coche plateado… aunque no está claro cuál de los dos obtendrá la gloria final.