El Gran Circo da el salto al nuevo continente para visitar uno de los circuitos más técnicos y espectaculares del calendario: el Gilles Villeneuve de Montreal, donde este fin de semana se disputará el Gran Premio de Canadá 2012, séptima carrera de la temporada, después de seis carreras en las que no hemos vivido ni un segundo de descanso.
Fernando Alonso llega a Canadá mirando por encima del hombro al resto. No sólo por estar por delante del resto en la clasificación, después de un podio que supo a victoria en Mónaco, sino porque ha demostrado ser el más consistente del paddock. El español lleva 76 puntos, 3 por delante de sus principales rivales -Mark Webber y Sebastian Vettel-, con lo que acabar por delante de ellos supondría regresar al Viejo Continente para visitar el Valencia Street Circuit con más ventaja aún de la que ahora tiene.
Canadá es, en teoría, el trazado donde Ferrari culminará su programa de mejoras que introdujeron en los test de Mugello. La Scuderia se ha adaptado a la perfección a los cambios de normativas, realizaron el giro de timón cuando se requería y ahora pueden presumir de tener a su primer piloto en lo más alto.
«A ver si podemos confirmar la mejoría del coche», señalaba Alonso a su llegada a Montreal, aunque sabe que puede hacerlo bien si mantiene la tónica del primer tercio de temporada.
«Va a hacer falta más velocidad, ahora mismo estamos delante en el campeonato, pero por una serie de casualidades diferentes: no hemos fallado en ninguna carrera, los otros han hecho algunas carreras con algunos problemillas y nosotros lo hemos aprovechado», resumía el líder de la clasificación.
Alonso no se conforma, no obstante. El F2012 sigue adoleciendo de problemas de velocidad punta, y ese talón de Aquiles puede pasarles factura: «Tenemos que mejorar el coche y tenemos que ser más rápidos. Hemos salvado, por decirlo de alguna manera, las seis primeras carreras con muchos puntos, o más de los que pensábamos».
«Pero para optar por la lucha al título tenemos que mejorar y tanto el equipo como yo trabajamos día y noche para hacerlo. Aquí volvemos a traer alguna pieza nueva, con la esperanza de que funcione», espera el asturiano.
¿El momento de Hamilton?
Lewis Hamilton es el único de los favoritos -con permiso de Michael Schumacher o de los Lotus, la gran incógnita de la temporada- que no ha subido a lo más alto del podio, ni siquiera al segundo puesto. El británico ha sumado tres terceros puestos, dos octavos y un quinto. A excepción de la nefasta temporada 2009, nunca había llegado a estas alturas de campeonato tan atrás.
Canadá puede ser su lugar de redención. El dubitativo inicio de McLaren, donde los desastres han venido provocados más desde el muro que desde la pista, han provocado que la escudería de Woking esté en plena ebullición. Qué mejor lugar que el Gilles Villeneuve, donde Hamilton logró su primera victoria en la Fórmula 1.
Un nuevo mal resultado aquí puede suponer un duro varapalo para las intenciones de Hamilton en esta temporada, sobre todo en un momento en el que tiene que convencer a los jefes de la escudería -y estos a él- de que su matrimonio puede durar más tiempo. Este fin de semana se plantea vital para la continuidad o la marcha de Hamilton de McLaren, ya que su proceso de renovación está en un punto muerto.
Él dice que no se preocupa demasiado por el tema, y los responsables de la escudería británica también dicen que no es momento para enredarse en asuntos de despacho. Una victoria cambiaría esta situación. Un nuevo desastre, también.
Las sospechas sobre Red Bull
El pasado fin de semana, la FIA mandaba un comunicado a los equipos en los que informaba de que el suelo con el que los Red Bull compitieron en Mónaco era ilegal. Los agujeros que aparecían en el fondo plano, justo por delante del tren trasero, ejercía un efecto simulado de doble difusor. Dirección de carrera en Mónaco lo consideró legal. La Federación, pocos días después, lo echó para atrás.
En cualquier caso, y dado que no hubo una queja formal por parte de nadie, la victoria de Mark Webber en el Principado no se mueve. El australiano se ha mostrado muy confiado de cara a la carrera de este fin de semana, aunque como el resto no se ha atrevido a dar un pronóstico.
Y es que, a estas alturas, ¿quién se atreve? Si a todas estas incógnitas unimos el factor meteorológico -el año pasado se paró la carrera varias horas-, ¿alguien ve un claro ganador?