A veces, cuando se juega a ganar, te sale bien. Pero no siempre. Y en el Gran Premio de Canadá 2012, a Ferrari no le salió bien la jugada. Fernando Alonso acabó quinto en una prueba que llegó a liderar con comodidad -de hecho superó las 500 vueltas líder en Fórmula 1-, debido a una arriesgdísima estrategia en la gestión de gomas.
En el equipo italiano pensaron que sería suficiente con hacer una parada en boxes, y a la postre se demostró que se equivocaron. Mientras, Lewis Hamilton realizó una carrera más normal, y se llevó la victoria con razonable tranquilidad, a sabiendas de que podía adjudicarse su primer triunfo de la temporada. Y no falló. El inglés se ha convertido en el séptimo ganador en siete carreras, y llegará líder del Mundial a Valencia.
La temperatura en el trazado canadiense en esta carrera fue más alta que el día anterior, por lo que lo visto durante la clasificación y los libres del sábado no tenía por qué producirse. El rendimiento de los neumáticos, tanto los blandos como los superblandos, fue mejor del esperado, aunque el compuesto rojo de Pirelli no llegó a aguantar tanto como en Red Bull y en Ferrari hubieran esperado.
El temor por no accidentarse propició una de las salidas más limpias que se recuerdan, no solo en Canadá, sino también en esta temporada. Solamente Felipe Massa, que realizó una gran arrancada, pudo pasar a Rosberg en los primeros giros, pero un fallo que acabó en trompo le relegó a la duodécima plaza. El brasileño finalizó décimo con un punto.
En las primeras paradas en boxes, ya hubo cambios, y fue Sebastian Vettel el que sufrió más, quedando relegado a la tercera plaza. Fernando Alonso se quedó en pista lo justo como para ganar no solo la posición a Hamilton, sino que el de Red Bull también acabó cayendo a la tercera plaza.
No obstante, y pese a resistir un par de giros liderando la prueba, el DRS del McLaren le permitió colocarse en primera posición. La lucha de Alonso comenzó a no ser con el que fuera su compañero en la polémica campaña 2007, sino con el hombre de la ‘pole’, Vettel, que le hizo apretar los dientes de lo lindo.
Pese a todo, en Ferrari estaban sorprendentemente tranquilos. Como hicieran en Mónaco, la idea era aguantar hasta el final de la carrera, y apostar todo a la última parada en boxes, dejando todo el peso de la estrategia para el final. Los de la escuadra roja llevaban ventaja, al menos sobre el papel, en cuanto a la planificación de neumáticos. No les salió bien.
En la segunda ronda de paradas en boxes no pararon ni Alonso ni Vettel, pero sí Hamilton. El británico comenzó a luchar por la victoria; el alemán y el español, a cubrirse el uno al otro. Red Bull rectificó algo tarde, a falta de ocho vueltas, y Vettel acabó muy atrás. Sin embargo, todavía le dio tiempo a pasar a Alonso en la última vuelta, como antes habían hecho Romain Grosjean y Sergio Pérez, que se encontraron con un podio que les sabe a gloria a ambos.
Ferrari no reaccionó y lo acabó pagando, pero es de elogiar que al menos intentara hacer algo distinto al resto. A veces, la valentía encuentra premio, pero era el día de Hamilton.
‘Schumi’ sigue malditoA veces, cuando se juega a ganar, te sale bien. Pero no siempre. Y en el Gran Premio de Canadá, a Ferrari no le salió bien la jugada. Fernando Alonso acabó quinto en una prueba que llegó a liderar con comodidad -de hecho superó las 500 vueltas líder en Fórmula 1-, debido a una arriesgdísima estrategia en la gestión de gomas. En el equipo italiano pensaron que sería suficiente con hacer una parada en boxes, y a la postre se demostró que se equivocaron. Mientras, Lewis Hamilton realizó una carrera más normal, y se llevó la victoria con razonable tranquilidad, a sabiendas de que podía adjudicarse su primer triunfo de la temporada. Y no falló. El inglés se ha convertido en el séptimo ganador en siete carreras, y llegará líder del Mundial a Valencia.
La temperatura en el trazado canadiense en esta carrera fue más alta que el día anterior, por lo que lo visto durante la clasificación y los libres del sábado no tenía por qué producirse. El rendimiento de los neumáticos, tanto los blandos como los superblandos, fue mejor del esperado, aunque el compuesto rojo de Pirelli no llegó a aguantar tanto como en Red Bull y en Ferrari hubieran esperado.
El temor por no accidentarse propició una de las salidas más limpias que se recuerdan, no solo en Canadá, sino también en esta temporada. Solamente Felipe Massa, que realizó una gran arrancada, pudo pasar a Rosberg en los primeros giros, pero un fallo que acabó en trompo le relegó a la duodécima plaza. El brasileño finalizó décimo con un punto.
En las primeras paradas en boxes, ya hubo cambios, y fue Sebastian Vettel el que sufrió más, quedando relegado a la tercera plaza. Fernando Alonso se quedó en pista lo justo como para ganar no solo la posición a Hamilton, sino que el de Red Bull también acabó cayendo a la tercera plaza. No obstante, y pese a resistir un par de giros liderando la prueba, el DRS del McLaren le permitió colocarse en primera posición. La lucha de Alonso comenzó a no ser con el que fuera su compañero en la polémica campaña 2007, sino con el hombre de la ‘pole’, Vettel, que le hizo apretar los dientes de lo lindo.
Pese a todo, en Ferrari estaban sorprendentemente tranquilos. Como hicieran en Mónaco, la idea era aguantar hasta el final de la carrera, y apostar todo a la última parada en boxes, dejando todo el peso de la estrategia para el final. Los de la escuadra roja llevaban ventaja, al menos sobre el papel, en cuanto a la planificación de neumáticos. No les salió bien.
En la segunda ronda de paradas en boxes no pararon ni Alonso ni Vettel, pero sí Hamilton. El británico comenzó a luchar por la victoria; el alemán y el español, a cubrirse el uno al otro. Red Bull rectificó algo tarde, a falta de ocho vueltas, y Vettel acabó muy atrás. Sin embargo, todavía le dio tiempo a pasar a Alonso en la última vuelta, como antes habían hecho Romain Grosjean y Sergio Pérez, que se encontraron con un podio que les sabe a gloria a ambos.
Ferrari no reaccionó y lo acabó pagando, pero es de elogiar que al menos intentara hacer algo distinto al resto. A veces, la valentía encuentra premio, pero era el día de Hamilton.
‘Schumi’ sigue maldito
Ya es mala suerte para ellos, porque era el fin de semana en el que estaban mostrando mejor rendimiento, pero los dos pilotos de HRT acabaron abandonando. Primero fue Narain Karthikeyan el que se quedó tirado después de perder el control de su monoplaza solo después de dos vueltas disputadas en este gran premio. El caso de Pedro de la Rosa fue distinto, después de sufrir uno de los principales problemas aquí: sobrecaentamiento de los frenos. El Gilles Villeneuve es uno de los circuitos donde más se han de cuidar la gestión de los neumáticos y los frenos, y ya los equipos van preparados con un sistema de refrigeración especial para este trazado. La famosa horquilla del ‘alfiler’ llega justo después de la frenada más fuerte del campeonato, y no todos los monoplazas resisten.
Uno de ellos ha sido el de Pedro de la Rosa. El HRT del catalán, que había salido desde la vigésima posición -Maldonado tuvo una sanción de cinco plazas por sustituir la caja de cambios- tuvo que entrar en boxes para acabar antes de tiempo su participación en este gran Premio. Sus discos de freno estaban echando humo, literalmente, y se vio forzado a dejar la carrera antes de tiempo.
Lo que sí es para deprimirse es lo ocurrido a Michael Schumacher. El heptacampeón sigue sufriendo su particular maldición y esta vez se vio fuera de carrera porque su DRS se ha quedado abierto. Entró en boxes, pero por mucho que empujaron sus mecánicos, no pudieron devolver el alerón trasero de su Mercedes a la posición natural. El calvario del hombre con más títulos en la historia de la Fórmula 1 sigue sin encontrar fin, y ya son cinco abandonos en siete pruebas en lo que llevamos de temporada.
En quince días, regreso a Europa, al gran premio que se disputa a Valencia con esa nomenclatura. Alonso intentará demostrar que, con un Ferrari que rinde, es capaz de liderar y ganar. Pero no era el día. Este domingo le tocaba el turno a Hamilton.
Ya es mala suerte para ellos, porque era el fin de semana en el que estaban mostrando mejor rendimiento, pero los dos pilotos de HRT acabaron abandonando. Primero fue Narain Karthikeyan el que se quedó tirado después de perder el control de su monoplaza solo después de dos vueltas disputadas en este gran premio. El caso de Pedro de la Rosa fue distinto, después de sufrir uno de los principales problemas aquí: sobrecaentamiento de los frenos. El Gilles Villeneuve es uno de los circuitos donde más se han de cuidar la gestión de los neumáticos y los frenos, y ya los equipos van preparados con un sistema de refrigeración especial para este trazado. La famosa horquilla del ‘alfiler’ llega justo después de la frenada más fuerte del campeonato, y no todos los monoplazas resisten.
Uno de ellos ha sido el de Pedro de la Rosa. El HRT del catalán, que había salido desde la vigésima posición -Maldonado tuvo una sanción de cinco plazas por sustituir la caja de cambios- tuvo que entrar en boxes para acabar antes de tiempo su participación en este gran Premio. Sus discos de freno estaban echando humo, literalmente, y se vio forzado a dejar la carrera antes de tiempo.
Lo que sí es para deprimirse es lo ocurrido a Michael Schumacher. El heptacampeón sigue sufriendo su particular maldición y esta vez se vio fuera de carrera porque su DRS se ha quedado abierto. Entró en boxes, pero por mucho que empujaron sus mecánicos, no pudieron devolver el alerón trasero de su Mercedes a la posición natural. El calvario del hombre con más títulos en la historia de la Fórmula 1 sigue sin encontrar fin, y ya son cinco abandonos en siete pruebas en lo que llevamos de temporada.
En quince días, regreso a Europa, al gran premio que se disputa a Valencia con esa nomenclatura. Alonso intentará demostrar que, con un Ferrari que rinde, es capaz de liderar y ganar. Pero no era el día. Este domingo le tocaba el turno a Hamilton.