El que iba a ser un día de no despegar los ojos del trazado belga de Spa-Francorchamps se convirtió en el viernes más anodino de lo que se lleva de campeonato de Fórmula 1. No por la falta de emoción del circuito, o por el exceso de cautela de los pilotos, que es lo más habitual en este tipo de situaciones, sino porque la lluvia hizo imposible pilotar.
Si en la primera sesión apenas rodaron, en la segunda solo diez corredores llegaron a dar, al menos, una vuelta cronometrada… aunque no dentro del tiempo reglamentario. Durante los 90 minutos de la tanda, ninguno de los corredores llegaron a dar una única vuelta buena, pero sin embargo algunos llegaron a rodar fuera del tiempo, una vez que la bandera a cuadros se había desplegado. Para llegar, al menos, a poner su nombre en la tabla de tiempos, diez pilotos aprovecharon el permiso para hacer pruebas en linea recta y dar una vuelta. La FIA prefirió darles esas vueltas como buenas antes que dejar un bochornoso No time para los 22 pilotos.
En cualquier caso, ver a Charles Pic al frente de la tabla de tiempos no es sino un mero dato estadístico, ya que obviamente el de Marussia no está en condiciones, ni mucho menos, para estar siquiera entre los diez primeros. Resignación, mirada al suelo y al cielo, y mucho ejercicio con los dedos con el móvil. Todos los pilotos mostraron su afición -algunos vicio- por las redes sociales para matar el tiempo mientras esperaban a que escampara.
Sin embargo, ninguno llegó a dar una vuelta en condiciones, sino que las pocas que dieron fueron para hacer pasos por el pit lane, de manera completamente segura, y sin llegar a arriesgarse para nada. En definitiva: un día perdido, donde las pocas novedades que llevaron todos los equipos se quedaron en nada.
Uno de los equipos que más se vio perjudicado fue Lotus, precisamente uno de los favoritos de este fin de semana, debido a que con la lluvia no pudo probar el doble DRS que pretendía estrenar en Bélgica, por lo que lo retrasan para más adelante. Por otro lado, Michael Schumacher tuvo que pagar una multa de 2.500 euros por una entrada, por decirlo suavemente, arriesgada en el pit lane. El corredor alemán es el centro de todas las miradas este fin de semana, ya que cumple su gran premio número 300, por lo que lleva un diseño especial en su casco.
En Ferrari tuvieron un día movido. Primero, porque el motor del F2012 de Felipe Massa se rompió y obligó a realizar las pertinentes reparaciones, por las cuales en brasileño no recibirá ningún tipo de penalización. Después, por motivos mucho más amables: era el cumpleaños de Luca Cordero di Montezemolo y quisieron enviar una felicitación a su presidente, que pasó su 65 aniversario en Maranello pero muy pendiente de la situación en Spa. Fernando Alonso dedicó la sesión a contemplar la situación, resoplar y, con buen humor, charlar con sus ingenieros. Poco más se pudo hacer.