Que 2009 va a ser un año de cambios en la F1 está claro, al igual que De la Rosa, lo que no tengo tan claro es que la percepción de los usuarios vaya a cambiar radicalmente. Al menos no para aquellos que lleven un par de décadas siguiendo al Fórmula 1.
El primer cambio apreciable será que los monoplazas montarán de nuevo los famosos slicks, que además de ayudar a aumentar la velocidad proporcionan un 20% más de adherencia sobre la pista. Nada nuevo, ya habíamos visto los monoplazas calzando los slicks.
El segundo cambio importante es la pérdida de los apoyos aerodinámicos, todas esas cuchillas que adornaban los nomoplazas y que le permitían cortar el viento y mantenerse pegados al asfalto. En este caso tampoco hay nada nuevo, a principios de la década de los 90 no se usaban.
El tercer cambio estará en los alerones, los traseros serán más estrechos y altos lo que jugará en contra del apoyo aerodinámico que ofrecen, y eran los que se usaban años atrás. Los delanteros se transformarán y ya no habrá que entrar a boxes para regularlos, el piloto podrá modificarlo directamente, adptando la regulación a las condiciones de la carrera.
Los motores tendrán que mantenerse durante ciclos de 3 carreras en lugar de 2, lo que supondrá aumentar la fiabilidad. Aquí estará buena parte de la inversión y trabajo de los ingenieros para 2009, el reto es no perder potencia y aumentar esa fiabilidad. Este es uno de los puntos importantes de cara a afrontar la crisis, habrá que fabricar menos motores.
Y por último la gran novedad de la temporada, el uso del famoso KERS. Este elemento reportará hasta 80 CV más de potencia en momentos puntuales de la carrera que el piloto tendrá que decidir cuando usar apretando un botón.
En definitiva, no veremos una fórmula 1 muy diferente de lo que había hasta ahora, o mejor dicho de la que había años atrás. Lo que es posible que notemos son más errores de los pilotos. Después de que el año pasado desapareciesen las ayudas electrónicas, ahora desaparece el apoyo aerodinámico del monoplaza y aumenta el trabajo del piloto, lo que es probable que se traduzca en pista en más errores durante la carrera.