Jean Todt impulsado por Ferrari para reemplazar a Max Mosley al frente de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) no ha sido bien acogido por el resto de equipos, una sucesión que traerá nuevas controversias y entrentamientos a la Fórmula 1.
«Nos gustaría ver a alguien independiente (en la FIA), quizás independiente de todos nosotros, ya sea actualmente o en el pasado. Eso sería mucho mejor para un buen equilibrio», afirmó hoy el presidente de Toyota, John Howett.
Los miembros de la FOTA dijeron a la prensa especializada inglesa que Ferrari impulsa con «vehemencia» a Todt, un hombre que estuvo en las filas del equipo italiano y que mantiene estrechos vínculos con el presidente de la Scuderia, Luca Cordero di Montezemolo.
Los Presidentes de la FIA son elegidos por los representantes de los 112 clubes miembros de la entidad y no por los equipos de la F1, lo que abrirá un amplio abanico de negociaciones en los próximos meses.
Por su parte, Mosley, golpeado por los recientes conflictos y el escándalo sexual que atravesó el año pasado, ya anunció que no se presentará nuevamente a la elección como presidente de la FIA en octubre.
Mosley proyecta sumergirse a escribir sus memorias y marcharse de Mónaco con su atractiva mujer para instalarse nuevamente en Londres, pero aprovechó para cargar con dureza contra Montezemolo.
«Mosley quiere que Ferarri se disculpe con él y si eso no ocurre está dispuesto a dar marcha atrás en su decisión, ya que no hay compromiso alguno firmado. La paz de la F1 es endeble», según fuentes cercanas al presidente de la FIA.
El dirigente inglés no acepta que Montezemolo, como presidente de la FOTA, «haya hecho creer que obtuvo su cabeza» y que la culminación de la crisis llegó solo cuando se le impuso una forzada marcha atrás.
«Esa presentación es falsa y tendenciosa, el acuerdo preveía una aproximación positiva y leal de las partes, por lo que acusaciones como la de haber guiado la FIA de manera dictatorial no corresponden al compromiso de caballeros asumido», reza la carta que Mosley envió a Montezemolo.
«Si tanto tú como la FOTA desean que el acuerdo sobreviva deben rectificar las afirmaciones falsas hechas», le dijo Mosley a Montezemolo.
A su vez, la salida de Mosley puede traer de regreso a la F1 a Ron Dennis, el ex hombre fuerte de McLarem quien se marchó meses atrás, en franca oposición al titular de la FIA.
«Ahora que la paz entre la FIA y la FOTA es un hecho, Dennis puede volver a las carreras. Le gustará, más sin Mosley en el escenario», dijo hoy el influyente The Times.
La línea sucesoria y los entredicho que aún rodean a Mosley no son los únicos nuevos problemas que afronta la F1 de cara a 2010, tras desterrar la amenaza de un torneo paralelo.
Cinco equipos quedaron fuera de las negociaciones de la FOTA, pues Williams y Force India están suspendidos de la entidad por «no respetar su unidad» y anotarse en el Mundial 2010 sin reparos ni objeciones.
Tampoco forman parte de esas estructura US F1, Manor y Campos, las nuevas escuderías que ingresarán el año que viene en la competición, y que deberán sentarse a negociar con los socios «fuertes» de la FOTA.
De hecho, no es seguro lo que hará los nuevos equipos, pues se habían sumado a la F1 con las pautas económicas establecidas por Mosley, que finalmente no prosperaron.
Los detalles de los acuerdos sobre reducción de costes, así como la ayuda que los constructores prometieron a los nuevos equipos, no fueron aclarados, ni siquiera tras la conferencia de prensa ofrecida por la FOTA el jueves en Bolonia.
«Quiero ver por escrito los acuerdos», dijo Adam Parr, directivo de Williams, al diario inglés The Telegraph; mientras Nick Fry, director general de Brwan GP, se quejó porque «no hay precisiones sobre los presupuestos para 2010».
«Los que hoy están anotados pueden irse y existe la posibilidad de que otros equipos puedan ser invitados», comentó Fry lo que refleja la confusión que se vive de cara a la próxima temporada.