Dietrich Mateschitz ha dado sobreseído el asunto del alerón frontal de Silverstone calificándolo de “demasiado dramatizado”, y asegurando que Mark Webber y Sebastian Vettel todavía tienen las mismas posibilidades para ganar el campeonato del mundo de 2010.
El dueño de Red Bull, un austríaco billonario, insistió al periódico Kleine Zeitung que el alemán de 23 años, Vettel, no es el favorito del equipo para ganar este año. “Una vez más digo que no tenemos un número uno y un número dos. Ambos pilotos tienen coches exactamente con la misma especificación. El problema con el nuevo alerón en Silverstone fue la primera excepción”, declaró.
“Por supuesto, la situación no fue agradable para Mark, pero ese fue un pequeño problema que se magnificó. Nuestro manejo no fue diplomático y quizá tampoco correcto”, admitió, aunque insistiendo que el comentario de Webber después de ganar en Silverstone también fue “innecesario”.
“Pero por otro lado, Mark no hizo nada malo. No les vamos a hacer mantenerse en silencio. Cada uno puede decir la verdad; esa es una de las mayores virtudes de Red Bull. No hay bandos, aunque es obvio que dos lados tienen su propio piloto en primer lugar en su corazón. Tenemos dos pilotos que van a por el campeonato. En realidad, es un problema de lujo que muchos equipos querrían tener”, opinó.
Metezchitz, de 66 años, confía en las oportunidades de Red Bull para ganar en 2010. “Si me preguntas hoy quién será campeón, diría ‘uno de nuestros pilotos’. Pero los enfrentamientos no deberían interferir, porque entonces empezarán realmente los problemas”, dijo en referencia a que el número uno no está de acuerdo con su “filosofía de competición”.
“Nuestros pilotos saben que primero tienen que vencer al otro”, dijo Mateschitz. “No tengo preferencia; como campeón cualquiera de los dos pilotos sería igualmente grande para mí”, aclaró. Y admitió que dejar reprimir la lucha de los pilotos ante la línea de meta podría fracasar y poner en bandeja el título a un openente. “Creo que es improbable pero yo no lo descartaría. Y si ocurriese, Dios mío, estamos hablando de competición. La imagen de sangre, sudor y lágrimas no es casual”, sentenció Mateschitz.
(GMM)