Con el doblete logrado en el Gran Premio de Emilia Romana de 2020 la escudería Mercedes ha conseguido su séptimo título consecutivo en el Campeonato del Mundo de Constructores de Fórmula 1, una hazaña nunca antes lograda por un equipo de F1.
Un dato interesante sobre este campeonato, de los más de 130 equipos que han fabricado sus propios monoplazas sólo 15 han logrado alzarse con el título de constructores. Y de esos 15 tan sólo 9 lo han logrado en más de una ocasión. Por eso, estos siete títulos consecutivos le dan a Mercedes el derecho a estar entre los grandes de la Fórmula 1.
El periodista David Tremayne, a través de un artículo publicado en la página oficial del campeonato, desgrana los secretos del éxito que ha llevado al equipo alemán a forjar ese férreo dominio en los últimos años.
Un motor potente, robusto y fiable, la base del éxito
Desde su regreso a la F1 en la temporada 2010, con la compra del equipo Brawn GP, el equipo llegaba con una buena parte del trabajo ya hecho. Había suministrado motores a McLaren desde 1995 sumando 3 campeonatos de pilotos y 1 de constructores. De este modo, desde la fábrica de Brixworth, Andy Cowell y su equipo suministraron, simplemente, el mejor motor de la parrilla. No sólo con más potencia, sino que integraba mejor los sistemas de recuperación de energía al tiempo que lograba una eficiencia térmica de más del 50%.
Claramente, este es un punto muy fuerte a favor de como han logrado brillar con luz propia en la parrilla, pero no sólo de pura potencia de motor se vive en la F1. Otro de los factores que apunta el periodista es el liderazgo de Toto Wolff: su trabajo al frente del equipo es «claro, inclusivo y fomenta la crítica constructiva al tiempo que demuestra una habilidad única para armonizar los fuertes egos del mundo de la ingeniería».
A nadie escapa que por Mercedes han pasado los mejores ingenieros del mundo, nombres como James Allison, Ross Brawn, Aldo Costa, Geoff Willis o Paddy Lowe han tenido que trabajar juntos y eso no es siempre sencillo. Su trabajo dentro del equipo ha estado siempre exento de «las polémicas internas que históricamente han sido un problema en Ferrari«.
Los problemas se tratan con calma y análisis
Otra de razones de ese éxito es que siempre parecen tener bajo control la realidad que engloba el siempre exigente mundo de la competición. Las escasas ocasiones en las que han cometido un error han identificado el problema con calma y lo han corregido con una velocidad asombrosa. Un claro ejemplo ha sido el arranque del año pasado, cuando pusieron el W10 en pista por primera vez en el trazado de Montmeló sabían que algo no iba bien. Para la segunda tanda de pruebas ya tenían los cambios en pista.
«Cuando empezamos habría que estar loco para pensar en un objetivo de siete campeonatos», dijo Wolff en Imola, al tiempo que habló de la camaradería, a pesar de reconocer que hubo mucha sangre, sudor, lágrimas y frustración a puerta cerrada en Brackley. «Nunca hacemos política dentro del equipo. Empoderar a las personas es lo más importante para nosotros, el nuestro es un lugar divertido, pero también agresivo. Dejamos la política de puertas afuera».
Tremayne vaticina un cambio en la Fórmula 1, habrá nuevos límites presupuestarios y todavía no se conocen las consecuencias a largo plazo de la crisis del Covid-19. Seguro que el dinero disponible disminuirá para inversiones, entre ellas en la F1, pero por el momento este «sigue siendo un muy buen negocio para Mercedes».
El relevo de Toto Wolff, ¿un problema o una oportunidad?
Uno de los grandes retos que tiene por delante la escudería es aclarar el futuro de Toto Wolff, que ya ha anunciado que está buscando un nuevo papel dentro del equipo, y también el de Lewis Hamilton, aunque en su caso parece más un tema monetario. En el caso del austríaco su papel ha ido evolucionando en los últimos años, mientras al inicio tenía el control absoluto ahora la marca le pide que rinda cuentas con mayor frecuencia y unido al fallecimiento de Niki Lauda le han dejado en una posición incómoda para él.
Quizás por eso está buscando tener un papel parecido al que tenía Lauda como presidente de la escudería y apartarse del día a día del equipo. Eso significa buscar a un sucesor que pueda seguir manteniendo al equipo cohesinado y que sean capaces de alejar ese componente «político» de la fábrica. Sea quien sea el que asuma el papel tendrá una gran ventaja, la inercia de trabajo que ya se ha generado ayudará a aterrizar en el puesto y posiblemente seguirán sumando victorias en los próximos años, esto facilitará la transición.
El resto de equipos deberían reflexionar sobre estos puntos, sobre todo de cara al próximo cambio de normativa, pues será el único modo de poder competir con Mercedes. No sólo hay que tener a los mejores pilotos, en la F1 el equipo es mucho más importante de lo que se ve superficialmente y cuanto mejor funcione la fábrica más opciones habrá en pista.
Los próximos años van a ser realmente interesantes, el regreso de Alonso a Renault ha puesto las expectativas altas en el equipo francés. Desde Italia los de Ferrari quieren recuperar los años de triunfos tras la travesía por el desierto en la que se ha convertido las últimas temporadas. Y no podemos olvidarnos de Red Bull, siguen estando ahí y son lo suficientemente ambiciosos para querer volver a ganar.