Michael Schumacher, apodado como el Kaiser, es uno de los grandes referentes de la Fórmula 1, durante su etapa en activo logró 91 victorias, 68 poles y subió en 155 ocasiones al podio en los 308 Grandes Premios de F1 que disputó. Siete campeonatos del mundo que sólo pudo igualar, hasta la fecha, Lewis Hamilton.
Números impresionantes, sobre todo si tenemos en cuenta que en aquellos años los pilotos no llegaban tan jóvenes a subirse a un monoplaza de la máxima categoría. Está claro que es uno de los grandes pilotos de todos los tiempos. Desde su debut en el Gran Premio de Bélgica de 1991 hasta su retirada definitiva en el Gran Premio de Brasil de 2012, marcaría época en la F1 y traería a Ferrari una racha de títulos de los que la escudería italiana adolecía desde hacía más de 20 años, cuando Jody Scketcher logró alzarse con el título de pilotos con Ferrari en 1979.
Muchos tifosi le echaron en cara que, tras haberse retirado en 2006 con el equipo italiano, regresase a la F1 para pilotar un Mercedes, un arranque del equipo alemán que luego se convertiría en todo un referente en la parrilla. Otros indicaron que aquel regreso en 2010 no era más que un error y supondría una pequeña mancha en la carrera de un piloto tan laureado; tal y como presagiaban en tres años le tocó luchar en el fondo de la parrilla, no logró sumar ninguna victoria a las 91 con las que cerró su etapa en Ferrari. Sumó un podio más, en Valencia, en el Gran Premio de Europa de 2012, un tercer puesto que apuntaba a que el Mercedes había cogido carrerilla para estar entre los primeros de la parrilla.
Michael era un luchador. Un piloto muy trabajador, de los primeros en llegar al circuito durante el fin de semana de Gran Premio para preparar junto a su equipo las estrategias y buscar puntos donde arañar unas milésimas de segundo en cada vuelta. Pero también era acusado a menudo de juego sucio, aprovechaba cualquier oportunidad para obtener ventaja, ganar por encima de todo. Quizás, sea eso lo que se necesita para ser un verdadero campeón del mundo en un deporte donde sólo llegan los mejores pilotos.
Pero su vida cambió por completo un año después de su retirada. Aquel fatídico día del 29 de diciembre de 2013, el piloto alemán estaba esquiando, junto a su familia, en los Alpes franceses. Una caída que le acusó graves daños cerebrales y que le mantuvieron en coma durante los siguientes seis meses. Con el paso de los días las noticias que llegaban desde el hospital no eran nada halagüeñas, Schumacher podría no terminar de recuperarse nunca de ese fatídico accidente.
Su familia cerró filas en torno a él. Tras la salida del coma, inició un proceso de rehabilitación en una clínica suiza. Con el paso de los meses las opciones de que fuese a recuperar una vida normal se desvanecían. Su mujer, Corinna, pidió que se respetase la privacidad de su familia y en estos nueve años emitiría muy pocos comunicados sobre el estado de salud del que había sido un referente para muchos los actuales pilotos, entre ellos el tetracampeón Sebastian Vettel que esta temporada decidió colgar el casco.
En su 50 cumpleaños emitió un comunicado en el que agradecía las muestras de apoyo recibidas en este tiempo, y volvía a pedir respeto por la privacidad del Kaiser de su familia. Lo único que se sabe del piloto es que reside en su mansión de Suiza asistido por personal médico que le atiende día y noche. Y las pocas informaciones que nos han llegado han sido de la mano del ya ex presidente de la FIA y su antiguo jefe en Ferrari, Jean Todt. Una de las pocas personas ajenas a la familia que ha podido visitar a Schumacher.
Mick Schumacher comparte la admiración por su padre en RRSS
La llegada de su hijo, Mick Schumacher, a la Fórmula 1, trajo un nuevo interés por su estado de salud. Pero su hijo, siguiendo en la línea de su madre, muy pocas veces ha comentado nada sobre su padre. Todos los intentos de la prensa por preguntarle algo siempre han sido atajados al momento por parte del personal del equipo de comunicación del equipo Haas, donde militaba hasta la temporada pasada. Es de suponer que seguirá en la misma línea este año que se une a Mercedes como piloto reserva, algo que también hará que Mick esté mucho menos expuesto.
Pero para este 54 cumpleaños, su hijo Mick ha dejado ver en su cuenta de Instagram el amor que profesa por su padre compartiendo una foto junto a él con el mensaje: «Happy birthday to the best Dad ever ❤️ love you! (Feliz cumpleaños al mejor papá de todos los tiempos ❤️ te amo)».
Las fotografías han alcanzado casi 700 mil likes y llevan más de 5 mil comentarios donde la gente se ha sumado a la felicitación a uno de los referentes de la F1. A pesar de la falta de noticias sobre su estado de salud, los fans no olvidan a uno de los pilotos que marcó tendencia en la máxima categoría del mundo del motor durante casi dos décadas. Desde aquí: ¡Muchas Felicidades Michael!