Así y según los datos que maneja la plataforma, los días cercanos a los festejos de Navidad son los que registran mayor siniestralidad en las carreteras. Se estima que el 25% de los accidentes tienen lugar durante los días 22, 23, 29 y 30 de diciembre; y se calcula que habrá unos 60.000 golpes entre el 24 de diciembre y el 7 de enero.
El principal motivo es que en estas fechas los desplazamientos se multiplican. Las compras navideñas, las cenas de empresa, las comidas familiares tienen mucho que ver. Pero el número de desplazamientos no es el único culpable.
Los accidentes bajo los efectos del alcohol
El consumo de alcohol y drogas -que aumenta con las celebraciones-, y la conducción bajo sus efectos es otra de las razones. Por desgracia, más de la mitad de los automovilistas encuestados por Acierto.com reconocieron que han conducido alguna vez de esta manera. Y el 14% dice que lo hace habitualmente.
Lo peor es que estas sustancias se encuentran detrás del 60% de los siniestros con víctimas. Y que el riesgo de tener un accidente de tráfico se multiplica por 25 cuando la presencia de alcohol en sangre alcanza entre los 1,5 y 2,4 g/l. El perfil del conductor que tiene un accidente bajo los efectos del alcohol en Navidad es el de un hombre joven de entre 35 y 45 años.
La falta de mantenimiento de los vehículos
El mal mantenimiento de los vehículos y el hecho de no poner el coche a punto antes de emprender desplazamientos largos son otro factor que influye en la siniestralidad. Hasta 1 de cada 4 españoles no revisa su coche ni lo prepara adecuadamente antes de salir de viaje o realizar un desplazamiento largo (justamente este tipo de trayectos aumentan en Navidad). Aquí encontramos diferencias por sexos: las mujeres son más precavidas que los hombres, pues solo el 22% reconoce que no prepara el coche antes de irse de viaje. El porcentaje asciende al 30% en el caso de sus homólogos varones.
La cuestión todavía es más grave si tenemos en cuenta que 2 de cada 5 ni siquiera acuden a las revisiones estipuladas por el fabricante de su vehículo. El 18% asegura que actúa de esta manera porque no sabe cuándo realizarlas, mientras que la falta de tiempo (la justificación del 27%) y los precios de los talleres son otros de los principales motivos. Esto se encuentra directamente relacionado con otro asunto: que el 49% de los españoles solo lleva su coche al taller si detecta una avería mecánica.
Por otra parte, más del 60% no cambia sus neumáticos a tiempo: el 46,2% lo hace después de recorrer con ellos más de 50.000 kilómetros y el 11,7% tras superar los 65.000. Una cifra preocupante si tenemos en cuenta que los expertos establecen el límite alrededor de los 40.000 kilómetros.
Este comportamiento no solo dispara los accidentes, sino también las averías en carretera. Hasta el 40% de los conductores ha recurrido a la asistencia en viaje de su coche. Algo que por cierto, podría acabar afectando al precio del seguro del coche (cuantas más veces solicites la asistencia en carretera, más probabilidades de que te suban la prima). Por supuesto, si hablamos del seguro, no podemos dejar de recordar que no nos cubrirá si conducimos borrachos.
A todo esto hay que sumar la antigüedad del parque automovilístico español, que actualmente se sitúa en los 13,2 años. Tras el parón en la venta de automóviles nuevos provocado por la pandemia, se prevé que esta cifra vaya en aumento. Además, los vehículos antiguos también suelen ser más caros de asegurar, «principalmente porque tienden a averiarse más y cuentan con menos sistemas de seguridad», explican desde Acierto.com.
Otras razones tras los accidentes navideños
Conducir con exceso de velocidad es otro clásico, un punto en el que las compras navideñas de última hora y los imprevistos no son buenos compañeros.
Las condiciones climáticas adversas tampoco ayudan. Esto es conducir con nieve, con lluvia, viento, hielo, etcétera; que obligan a aumentar la atención sobre la carretera e incrementan el estrés al volante. De hecho, la lluvia incrementa un 70% el riesgo de sufrir un accidente durante la marcha: reduce la adherencia de los neumáticos, disminuye la visibilidad, aumenta las posibilidades de sufrir aquaplaning, modifica el entorno visual, e incrementa la fatiga del conductor -que debe circular prestando más atención-. Algo similar ocurre con la nieve, por no hablar del riesgo que entraña circular con hielo sobre la calzada.
De nuevo, tener un seguro con una buena asistencia en carretera será fundamental: que nos asista desde el kilómetro cero, que incluya vehículo de sustitución, que lleve el coche al taller, que nos lleve a nuestro destino y que nos respalde en todo tipo de vías; entre otras características.