Cuando Fernando Alonso acabó en quinta posición en el Gran Premio de Australia, el que abrió la temporada, los carraspeos y sudores fríos comenzaron a recorrer el box de Ferrari. Olía a otro año de remar contracorriente. Sin embargo, hoy, después de otro quinto puesto esta vez en el Gran Premio de Hungría, la situación es bien distinta.
Fernando Alonso lidera con comodidad la clasificación general, y puede permitirse el lujo de fallar en el próximo GP de Bélgica, dentro de un mes, ya que seguirá en el mismo lugar. El piloto español está cuajando la mejor temporada de su carrera en Fórmula 1, no solo por los números que está consiguiendo, sino por la forma de hacerlo. Alonso ha ganado en seguridad y serenidad, pero también en valentía y veteranía, unas actitudes que le convierten en el favorito para alzarse con el título.
Regularidad. Esa es la clave. Los neumáticos Pirelli y la prohibición de los difusores soplados que permitieron volar a los Red Bull en 2011 han convertido cada carrera en una auténtica ruleta. Pocos son los que se atreven a situar a un monoplaza por encima del otro, si bien algunas diferencias se van notando conforme avanza el campeonato.
Ferrari ha conseguido solventar los problemas de principio de temporada, aunque aún sufren en circuitos revirados y en condiciones de mucho calor, como dejaron patente este fin de semana en el Hungaroring. Más allá de los coches rojos, los Red Bull cuentan con el monoplaza más potente, y McLaren con el más completo en según qué situaciones. Lotus se ha metido en medio de esta lucha a tres, y también cuenta para muchas quinielas, donde de vez en cuando se pueden colar ‘outsiders’ como Mercedes, Williams o Sauber.
Sin embargo, más allá de las capacidades técnicas de cada monoplaza, Alonso ha conseguido unos números impensables en Australia y que, repasándolos, dan prueba de hasta qué punto el español ha alcanzado el nivel óptimo para conseguir el ansiado tricampeonato.
Por victorias, es el único con tres. Alonso sumó la primera, inesperada totalmente, en Malasia, en condiciones de lluvia y no sin cierta suerte. Su actuación en Valencia aún está clavada en las retinas de los aficionados, con una remontada espectacular y un pilotaje que rememoró, en ciertos momentos, a los grandes mitos del automovilismo: en ciertas partes parecía la reencarnación de Prost, para en la siguiente curva brillar con la luz de Ayrton Senna, y después recordar la valentía de Mansell o Gilles Villeneuve.
Fue su mejor carrera hasta el momento, sin duda. Ese talento se convirtió en seguridad plena en Alemania. El español cuajó un fin de semana casi perfecto, y demostró que no necesita agentes exteriores para liderar con autoridad un gran premio.
Alonso no es solo el mejor en número de victorias, o en puntos (164). También es el que más vueltas ha dado en cabeza, 216, muy por delante de Sebastian Vettel, que ha marchado en cabeza durante 122 vueltas, o Lewis Hamilton, 115. De los doce pilotos que han estado al menos durante un circuito al frente de la clasificación, Felipe Massa es el que menos, empatado con Paul Di Resta: una vuelta.
Si convertimos el número de vueltas en kilómetros, Alonso ha dado 1.101 kilómetros sin ningún piloto por delante de él, lo que equivale, aproximadamente, a un viaje por carretera desde su Oviedo natal hasta la catedral del automovilismo, Le Mans.
También es el piloto que más veces ha estado en el cajón esta temporada, seis, una más que Hamilton y Raikkönen, o el doble que Vettel, Button o Grosjean. Los 23 grandes premios consecutivos puntuando convierten a Alonso en un seguro para su equipo, que prácticamente le cuenta como el único activo útil que tienen en pista. Cualquier comparación con Felipe Massa sobra, ya que el brasileño está siendo humillado sistemáticamente por el español.
Alonso es un piloto de ‘domingo’, entendido como un corredor que no necesita salir desde lo más alto para llevarse la victoria. Solo así se demuestra un demoledor dato: solo ha salido en tres carreras esta temporada desde la primera linea de la parrilla y de ellas solo ha ganado una, en Alemania, ya que tanto en España (salió segundo) como en Gran Bretaña (salió desde la ‘pole’) acabó en el segundo lugar del cajón.
En definitiva, Alonso puede estar satisfecho de su labor en esta primera parte de la temporada. Ha sido, sin discusión, el mejor de los once grandes premios disputados, y en los próximos nueve que quedan será el rival a batir. Pero ya habrá tiempo de pensar cuando vuelva a calzarse el mono de trabajo. Este mes, a descansar, que bien se lo ha ganado.