La última vez que Fernando Alonso corrió en el circuito bahreiní de Sahkir consiguió un éxito colosal: su primera victoria a los mandos de un Ferrari. Aquel inicio fulgurante fue el prólogo de una temporada que se antojó espectacular e inesperada, que acabó como todos recordamos, en Abu Dhabi con Sebastian Vettel coronándose campeón del mundo de Fórmula 1.
Cualquier parecido con aquella edición en esta carrera será prácticamente coincidencia. Al menos, en lo que se refiere en lo más alto del podio. Fernando Alonso llega al circuito donde más va a sufrir de esta temporada, un trazado con largas rectas donde es imprescindible una buena velocidad punta y donde la tracción es un elemento fundamental en un asfalto normalmente sucio por la arena que suele invadir la pista.
¿Adivinan qué es justo lo que le falta al F2012 a día de hoy? La ‘Scuderia’ siempre que ha pisado Bahréin ha salido con cierto optimismo. Michael Schumacher ganó en 2004, Felipe Massa en 2007 y 2008 y el estreno de Alonso en 2010 supone que este es uno de los circuitos predilectos para los ‘tifosi’… o lo era. Arrastran problemas con el desarrollo de un monoplaza que no está a la altura de lo que esperaban.
El propio Alonso cuenta con un buen pasado en Bahréin. «Tanto la ‘Scuderia’ como yo tenemos un buen historial en Bahréin: el equipo ha ganado cuatro veces allí, y yo tres. La última victoria fue precisamente en mi primera carrera con el ‘cavallino rampante’. Pero el pasado no cuenta para nada en este deporte, así que este fin de semana trataremos de limitar los daños», repitió el asturiano, cuyo mensaje recuerda mucho al de 2011.
Alonso es consciente de la dificultad que entraña este gran premio para ellos, y sobre todo quiere que el trago pase rápido, porque la mente ya la tiene en Barcelona y en los test de Mugello entre el 1 y el 3 de mayo. Bahréin será para Ferrari como un examen para el que no han estudiado, y en el que esperan no suspender por mucho para que no les afecte en la media final de la evaluación. No obstante, el español tira de optimismo.
«Esperamos que el cambio se produzca pronto. Mugello será una prueba importante y Barcelona es, por tradición, una carrera en la que todos los equipos llevan mejoras, con lo que tendremos que dar un paso aún mayor que el de los demás para acortar distancias», dijo ante los medios.
Para Bahréin, los favoritos son los mismos que para China: Mercedes y McLaren. Nico Rosberg, que sigue en una nube tras la victoria de Shanghai, tratará de repetir el éxito de hace una semana y demostrar que no fue flor de un día, y más en un circuito en el que disfruta de verdad. No obstante, no habrá que olvidar a su compañero.
Michael Schumacher ha rozado demasiadas veces esta temporada el podio, y saberse por detrás de su compañero no es algo a lo que está acostumbrado el heptacampeón. Más confiado está Hamilton, líder del Mundial y que se siente mucho más maduro que en años pasados.
«He aprendido muchas lecciones y he tenido muy buenas experiencias. Lo tres últimos años han contribuido a lo que actualmente soy», ha señalado. Hamilton, que ha conseguido dos ‘poles’ este año y quiere repetir el sábado en Sahkir, aunque no sea necesario para vencer. En siete carreras que se han disputado aquí, solo tres veces ha ganado el hombre que partía primero.
Ansiedad de Vettel
Por detrás de ellos, uno que no estaba acostumbrado. Sebastian Vettel quiere convertirse en el cuarto ganador de cuatro grandes premios que llevamos, y sobre todo intentará estrenarse en este trazado.
Ni él ni Hamilton han ganado nunca. Las dudas en torno al alemán se acrecientan a cada gran premio. Dos carreras fuera del podio, algo que no se había encadenado en todo 2011, son demasiadas para un corredor acostumbrado al sabor del champán, y aunque confía en que Red Bull recupere la consistencia de años atrás, necesita un buen resultado para recuperar la confianza.
Su mentor, Helmut Marko, dejaba caer en Bahréin que lo que Vettel sufre es una crisis de confianza, y tener un monoplaza en el que no se siente a gusto no hace más que acrecentar la pequeña ansiedad que sufre. «Espero que podamos dar un paso adelante en la sesión de clasificación, algo en lo que parece que estábamos flojos, ya que en cuanto a ritmo de carrera no parece que estemos tan lejos», reconoció.
En lo que todos coinciden, opten a la victoria o no, es que hacer cábalas o apuestas para este gran permio es casi imposible. La igualdad imperante este año genera tantas dudas como espectáculo, y nos hace estar pegados a las televisiones. Sería mejor, para el bien del deporte español, que tanto Alonso como HRT pudieran optar a cotas más altas, pero paciencia, que todo llega. Habrá que pasar Bahréin, como sea.