Sesión de clasificación complicada hoy para el mexicano Sergio Pérez, que se mostró visiblemente desanimado tras sufrir un nuevo accidente en la primera tanda que no le permitió ni lograr un crono, nefasta estadística lleva el piloto de Sauber en Mónaco, dos años y dos veces contra el muro, menos mal que en esta ocasión puede disputar la carrera.
Una avería en su monoplaza le dejaba sin dirección y terminaba empotrado contra el muro en la zona de la chicane de la Piscina, lo que detuvo la sesión con bandera roja y le enviaba directo a la última posición de la parrilla de salida de mañana, en un trazado donde salir lo más arriba posible lo es todo para obtener un buen resultado.
«Pasó en el momento más importante del fin de semana. Para mañana el equipo cambiará la parte delantera y trasera del coche, pero es una carrera muy complicada, saliendo último en Mónaco hay poco que esperar», dijo Pérez.
«Es un momento muy complicado para mí. Cuando mejor parece que van las cosas todo cambia, pero hay que salir de esto», dijo el mexicano en tono apesadumbrado.
Checo desconocía a que se debía el problema, aunque ya se ha especulado que el toque con Pastor Maldonado en la última sesión de entrenamientos por la mañana, y que le costó una penalización de diez puestos al de Williams en la parrilla de mañana, fue el causante del problema.
«Revisamos todo el coche pero no tenemos los suficientes sensores para detectar el problema antes de la clasificación, es algo que deben detectar en la fabrica. El coche se va recto en el giro a derecha. Sin ir al límite, el coche se va. Analizamos la poca telemetría que tenemos y el vídeo y vemos que va mal. Tuve problemas en el puente y en la zona en la que impacté».
«Teníamos velocidad para estar entre los cinco primeros en Mónaco. Estaba muy cómodo en el coche, pero así es esto, cuando mejor te sientes en el coche, de pronto peor te va», añadió Pérez que para mañana espera una «carrera loca» que les permita remontar posiciones.