Sebastian Vettel necesitaba ganar y que Alonso no fuera, al menos, octavo para proclamarse campeón del mundo de Fórmula 1 por cuarta vez. Y Red Bull hizo todo lo que estuvo en su mano para que la primera premisa se cumpliera.
El germano sumó su novena victoria de la temporada, trigésimoquinta de su carrera deportiva, por delante de Mark Webber y de Romain Grosjean. No fue la carrera más fácil para el alemán, y de hecho debe dar buena parte del mérito a su equipo, que decidió sacrificar la estrategia de Webber para que el alemán llegase primero.
La carrera ya comenzó con una situación no prevista. En la primera curva no fue un Red Bull o un Mercedes el primero. Fue un Lotus, pero no el habitual. Romain Grosjean desarrolló la que ha sido hasta el momento su mejor arrancada en la Fórmula 1 para colocarse al frente del pelotón. Por detrás, algo inédito esta temporada: el primer abandono de Lewis Hamilton. El británico sufrió un toque en la salida con Sebastian Vettel, por el que pinchó su neumático trasero derecho. Al final, tuvo que entrar en ‘boxes’ para poner fin a su carrera, al igual que los accidentados en la primera curva Giedo Van der Garde y Jules Bianchi.
Mientras Vettel y Webber comenzaron su persecución al inesperado líder Grosjean, por detrás la emoción no fue menor. Fernando Alonso inició su persecución a Felipe Massa, mientras ambos intentaron controlar a Nico Hülkenberg, su pesadilla de las últimas carreras. El piloto español se encontró con una inesperada resistencia del que, hasta que finalice la presente campaña, será su compañero de equipo. Ni siquiera cuando le dijeron por radio que se dejase pasar, Felipe Massa abrió la puerta para que Alonso le pasase. Así que el español no lo dudó: se tomó al brasileño como un rival más y, con una acción un tanto arriesgada habida cuenta que comparten colores, le adelantó. Posteriormente, la carrera de Massa acabaría totalmente destrozada por pasarse de velocidad en el ‘pit lane’, lo que le costó un ‘drive through’. Fue décimo.
La guerra en Ferrari se abrió y en Sauber aprovecharon la situación para ganarles la partida en el juego de las estrategias. Nico Hülkenberg paró antes que los hombres de Ferrari tanto en la primera como en la segunda parada, salió por delante y Alonso tuvo que vérselas con él en pista. No sería hasta el final de la prueba cuando, con la caída de rendimiento de los neumáticos del Sauber, Alonso pudo ganarle la cuarta plaza final.
Red Bull le hace la cama a Webber
El incidente de la salida entre Vettel y Hamilton dejó tocado el coche del alemán. El primer Red Bull de la carrera fue el de Mark Webber, quien tras la ‘pole’ de este sábado tenía en su mano llevarse la victoria en su despedida de un circuito mítico como Suzuka. La ventaja de Vettel en el Mundial era tal que, en principio, nadie esperaba alguna acción extraña para favorecerle. Pero en Red Bull no opinaron lo mismo.
Romain Grosjean aguantó lo que pudo. La presión y el mejor ritmo de Webber y Vettel hicieron imposible resistir mucho tiempo al frente y, en cuanto comenzaron las primeras paradas se vio superado enseguida por el australiano. Según confirmó después de la carrera el propio Webber, había salido con el planteamiento de una estrategia a dos paradas, como el resto de pilotos que le rodeaban. Sin embargo, en torno a la vuelta 25, le informaron que iban a hacer una tercera. Fue el único de los siete primeros clasificados al final que lo hizo. Esta estrategia le costó la victoria. Mientras por radio Vettel pedía que no dejaran que Mark se le acercara, al australiano le decían que debía pasar en pista a Grosjean al final de la carrera, cuando sus neumáticos medios y la poca carga de combustible le debían dar ventaja. Webber no sólo salió por detrás del francés de Lotus en su tercera parada, como era normal, sino que además tardó más de lo previsto en quitárselo de encima. Esa fue la excusa que le dieron para justificar que no le fuera posible luchar por ganar. Dicho en una frase: Red Bull sacrificó a Webber para que Vettel lograra su victoria. Webber ya ni se enfadó, sólo se resignó e hizo suyo eso de “no hay mayor desprecio que no hacer aprecio”. Su tensa sonrisa en el podio lo dijo todo.
Día de récords y estadísticas
El Gran Premio de Japón dejó varios hitos para diferentes pilotos. Por un lado, Sebastian Vettel sumó 297 puntos, los mismos que Ferrari, segundo en el campeonato de constructores, y tiene a tiro su cuarto título mundial. Su compañero Mark Webber se ha quedado a 3,5 de alcanzar los 1.000 en la Fórmula 1, mientras que Fernando Alonso se convirtió en el piloto con más puntos en toda la historia, con 1571, superando en cinco los conseguidos por Michael Schumacher. Este récord, no obstante, no tiene mucha validez, habida cuenta de los distintos sistemas de puntuación que ha habido en la larga historia de la competición.
Por detrás, Esteban Gutiérrez consiguió su mejor resultado en la Fórmula 1. El mexicano, séptimo, no sólo sumó sus primeros puntos, sino que además se convirtió en el primer novato de esta temporada en lograrlo.
Si la probabilidad se cumple, en quince días estaremos hablando del campeón del mundo de Fórmula 1 de la temporada 2013. Vettel llegará a la India con todo a su favor, en un circuito donde ha ganado las dos veces que ha corrido y con un objetivo muy fácil: acabar entre los cinco primeros. No lo tiene hecho, pero casi.