«Bailaron demasiado rápido sobre mi tumba», advirtió Max Mosley, quien aseguró que recibe «presiones» para seguir como presidente de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA).
«Siento el deseo genuino de dejar, pero si esto crea conflicto en la industria automovilística no me voy», agregó Mosley, de 69 años, en una entrevista publicada por el Mail on Sunday.
«Haré lo que deba hacer. No es mi naturaleza huirle a la lucha», siguió Mosley, quien el lunes pasado anunció que en octubre cesará su largo mandato en la FIA, tras un acuerdo con las escuderías para evitar un Mundial paralelo de Fórmula 1.
Según The Times, Mosley no quiere seguir, pero sí ejercer presión para promover como sucesor a Jean Todt, ex director general de Ferrari, quien no contaría sin embargo con el apoyo de las demás escuderías.
John Howett, de Toyota, advirtió hace unos días que «a los equipos nos gustaría encontrar a alguien independiente, actual e históricamente», en tanto otro directivo afirmó que «Mosley quiere a alguien que continúe su trabajo, alguien que pueda ser manipulado por él y todos nosotros sabemos quién es», en supuesta referencia a Todt.