La inestabilidad política que sufre Bahrein ha obligado a la cancelación de la carrera inaugural de la temporada, al menos, en la fecha prevista. Pero la reubicación del Gran Premio a finales de la temporada está causando preocupación en el paddock.
Con la previsión de que en los próximos meses la situación de seguridad sea demasiado incierta para disputar el evento, una climatología demasiado dura para ubicarlo a mediados de temporada y con una necesidad de tiempo para hacer el traslado del material, la única fecha posible para disputar la carrera de Bahrein sería a finales de temporada.
Desde el punto de vista de la logística, emparejar esta carrera con Abu Dhabi parece lo más lógico. Pero con un calendario tan extenso como el de 2011, significaría hacer tres carreras en tres fines de semana consecutivos en tres países diferentes.
La posibilidad de mover la final de Interlagos hacia finales de año queda descartada, pues tropezaría con la temporada de fútbol en Brasil.
Mohammed ben Sulayem, presidente de la federación de automovilismo de los Emiratos Árabes Unidos y vicepresidente de la FIA, se mostraba abierto a la idea de ese triple fin de semana de carreras.
«Respetamos la decisión (de la FIA de suspender la carrera)», dijo. «Pero es factible encontrar un hueco en el calendario».
Un informe publicado por el Telegraph da una idea de porqué es tan importante que la carrera se dispute en Bahrein. Uno de los perjudicados será Bernie Ecclestone, si no se celebra el evento perderá unos 40 millónes de dólares.
Y para los equipos tampoco será nada fácil, las cláusulas de penalización en los contratos con sus respectivos patrocinadores les harán perder bastante dinero si no llegase a disputarse la carrera.
Por no hablar del dinero que ya se ha gastado en enviar por mar a Bahrein el material. Pirelli ya había enviado 1200 neumáticos, mientras que la mayoría de los equipos ya tenían todo arreglado para los vuelos, hoteles, alquiler de coches y demás.
«Estamos tratando de recuperar la mayor parte de esos costes», admitía el gerente del equipo Toro Rosso Gianfranco Fantuzzi. Y es que no es poco el dinero que se mueve alrededor de la organización de un Gran Premio de F1.