El patrón de Brawn GP y el brasileño Rubens Barrichello sellaron la paz en el equipo líder de la temporada de Fórmula 1, que apuesta por regresar al triunfo en Hungría el próximo domingo, con un optimista Jenson Button.
«Lavamos la ropa sucia dos días después (del GP de Alemania), iremos a Budapest confiados en vencer a Red Bull», comentó Barrichello ante los periodistas de su país, luego de que lanzara vehementes acusaciones a su equipo, tras la última carrera.
El piloto brasileño se entrevistó con Ross Brawn el 14 de julio y, tras una sutil reprimenda del dueño de la escuderia por sus quejas públicas, le explicó las mejoras aerodinámicas que estrenará el coche en Budapest.
«Ross me dijo que teníamos que unirnos más para aspirar al campeonato», reveló «Rubinho», que había acusado a su equipo de perjudicarlo en pista y de favorecer a Button, líder del Mundial de Fórmula 1, con 21 puntos de ventaja sobre el aleman Sebastian Vettel, de Red Bull.
Barrichello tuvo dificultades en las tres paradas que realizó en boxes en Nurburgring, un exagerado número de detenciones que complicó las posibilidades de victoria del equipo. En la última de las entradas en boxes, extrañamente, fue llamado primero, cuando marchaba por delante de Button, una circunstancia que enfureció al sudamericano y le permitió al británico superarlo y llegar quinto.
«Button tenía más gasolina a bordo, eso me mostraron los ingenieros y por eso el orden de paradas se dio de ese modo», se justificó Brawn.
Red Bull ganó las últimas dos carreras, con Vettel en lo más alto del podio en Inglaterra y el australiano Mark Webber en Alemania, lo que rompió la hegemonía de Brawn GP, vencedor hasta esas dos carreras de seis de siete, siempre con Button al frente.
«Voy a Hungría con la intención de ganar», avisó Barrichello en velada amenaza a Button y harto de ser escudero, como lo sufrió durante años en Ferrari, a la sombra del mítico Michael Schumacher.
El Gran Premio de Budapest pondrá a prueba si hay una real evolución en Red Bull o simplemente se trató de una suma de circunstancias que le permitieron superar a Brawn GP, en una temporada donde los equipos hegemónicos (Ferrari, McLaren, Renault) están lejos de la lucha.
Red Bull rompió la monotonía de Brawn GP y conquistó los 36 puntos posibles en las últimas dos carreras con dos sorprendentes dobletes consecutivos, cuando restan ocho citas para terminar la temporada.
Las altas temperaturas que ofrecerá Budapest el fin de semana, pueden beneficiar fuertemente a Brawn GP, que sólo cosechó 16 puntos en las dos últimas carreras de F1.
«Nuestras previsiones es que tendremos más de 30 grados en Budapest. Con esas características, más las mejoras en el coche podemos alzar la victoria», afirmó Barrichello, que ganó en 2002 en Budapest con Ferrari.
«Hungría será la hora de la verdad para el Mundial», se animó el brasileño. También desbordó optimismo Button, quien aspira a «lo mejor» en la carrera del domingo. «Hungría siempre fue mi carrera favorita», dijo el británico y añadió que sus preferencia se incrementaron este año al enterarse de que habrá «temperaturas de verano en la pista».
«Es fantástico volver a Budapest con la posibilidad de luchar por la victoria. Tengo especiales recuerdos de ese trazado, porque allí gané mi primera carrera de Fórmula 1», hace ahora tres años.
Button elogió el trabajo de los ingenieros y el esfuerzo de todo el equipo para mejorar el monoplaza, mientras él se tomaba un pequeño descanso en su mansión de Mónaco. «No hemos sido capaces de sacar el máximo rendimiento a nuestro coche justo en el momento en el que nuestros rivales han dado un paso adelante» indicó Ross Brawn, que heredó el desarrollo tecnológico de Honda, cuando esta abandonó la F1.
«Confiamos en que el alto nivel de rendimiento que ha demostrado el coche durante la primera mitad de la temporada no haya desaparecido y que los problemas con los que nos hemos encontrado últimamente se deban únicamente a circunstancias específicas de esas carreras», dijo Ross Brawn.