La película de esta temporada de F1 se está convirtiendo en un auténtico thriller, que ni en las mentes de los mejores guionistas de Hollywood podría aparecer. Kimi Raikkonen, Fernando Alonso y Sebastian Vettel, los líderes del campeonato en orden inverso, ocuparon el inesperado podio de la que muchos ya consideran la mejor carrera que se ha visto esta temporada. Accidentes, salidas de pista, dos coches de seguridad, peleas por todas partes…
Una carrera de infarto que deja más apretado el Mundial, y de la que sobrevivió con solvencia un Vettel que después del varapalo de salir último consiguió un podio que le sabrá a gloria. Su máximo rival, Fernando Alonso, cuajó una nueva actuación memorable -y van incontables este año- y sigue dependiendo de sí mismo para proclamarse campeón del mundo.
Ha podido recortarle tres puntos al de Red Bull y ahora les separan 10, un botín que se antoja un poco decepcionante visto lo ocurrido en la clasificación del sábado del GP de Abu Dabi. Todo lo que sea restarle puntos a Vettel es una buena noticia para un Alonso que este domingo lo dio todo, como siempre.
Cuando pocos apostaban por él, Raikkonen se convirtió en el octavo ganador de esta temporada, después de verse beneficiado por la rotura del motor de un Lewis Hamilton que parecía intratable en las primeras vueltas. La eliminación del inglés fue un mazazo para sus aspiraciones en Abu Dabi, sobre todo después de verse en lo más alto tras liderar con solvencia tanto los libres como la sesión clasificatoria oficial.
Como en Singapur, la mecánica privó a Hamilton de pelear por lo más alto, y cada vez son más los que apoyan su decisión de irse a Mercedes.
Raikkonen volvió a mostrar su versión más genuina, además de con la victoria, con sus gestos y palabras. Su frase a la radio (¡Dejadme solo, sé lo que estoy haciendo!) deja bien claro que es un piloto único, diferente y absolutamente genial… a su manera.
A Sebastian Vettel le salió casi todo de cara este domingo, si bien sufrió de lo lindo en la primera parte de la carrera. El alemán primero perdió un trozo del alerón delantero cuando se dio un toque con Bruno Senna, que sin embargo no le impidió mantenerse en carrera.
De hecho, desde el muro se sorprendieron de que su piloto no perdiera nada de tiempo, y dejaron a su elección si debía parar o no a cambiar el alerón. La cara de Adrian Newey examinando el alerón, que posteriormente le sustituyeron, hablaba por sí misma.
Entre el talento y la suerte
Sin embargo, los problemas no le impidieron ir remontando poco a poco. El espectacular accidente de Rosberg con Karthikeyan obligó a Bernd Maylander, piloto del coche de seguridad, a salir a pista por primera vez. A esas alturas Alonso ya estaba en posiciones de podio, peleando por subir a lo más alto.
Después de una ligera polémica con Grosjean, al que adelantó por fuera de la pista y luego se vio obligado a dejarle pasar de nuevo para evitar una sanción, siguió su escalada sin rival. No le vino mal al español la salida del safety car, pero mucho mejor le vino a un Vettel que, sin embargo, sufrió un pequeño susto cuando tuvo que echarse a la tierra por no embestir a Ricciardo, cuya frenada sorprendió al alemán.
Más allá de un grito de queja por radio y el cartel del DRS volando por los aires, no tuvo mayor problema. En apenas unas vueltas, se libró de cualquier acción.
Algo más de suerte tuvo en la siguiente acción. Webber estaba peleando con Maldonado cuando se tocaron -ambos quedaron sin sanción-. Cuando el australiano luchaba con Felipe Massa, el brasileño volvió a decepcionar a los tifosi haciendo un trompo justo cuando luchaba con el australiano, y cuando venía Vettel por detrás.
La entrada de Webber a boxes quitó dos rivales de una tacada para Vettel. Alonso, mientras, rodaba segundo aún lejos de Raikkönen.
No iba a ser el último incidente de la prueba. Según acababa de salir Vettel de poner sus nuevos neumáticos, una colisión múltiple entre Grosjean, Pérez -culpable de la colisión según la FIA, ya que le endosaron un ‘stop and go’ de diez segundos-, Webber y Di Resta, provocó el segundo ‘coche de seguridad’ de la carrera.
Vettel, con neumáticos nuevos, llegaba a final de carrera con serias opciones de podio, e incluso de victoria. Todo dependía de cómo se comportaran los neumáticos al final de la prueba.
Vettel arriesgó con Button
El siguiente rival de Vettel fue Button. El inglés estaba luchando con Alonso por el segundo puesto, pero el obús de Red Bull le obligó a renunciar por la plata de la carrera. En una acción más que arriesgada, Vettel acabó pasando al de McLaren, que poco podía hacer ante un monoplaza que llegaba con mejor rendimiento.
Mientras, Alonso comenzó a soñar con la victoria. En apenas cinco vueltas, le arrebató cinco segundos hasta que, ya en la última vuelta y justo tras un susto que le dio el F2012, decidió ceder y conformarse con la segunda posición. Räikkönen, Alonso y Vettel estaban exhaustos en el podio, después de protagonizar una memorable carrera.
Vettel sigue al frente del campeonato y salvó con solvencia una carrera que se la había puesto muy en contra, Alonso sigue dependiendo de sí mismo para ser campeón… aunque para eso necesite ganar las dos carreras que quedan. El alemán lo tiene algo más fácil: si gana en Austin dentro de quince días, y Alonso es quinto o peor, se proclamará campeón del mundo por tercera vez consecutiva.
No obstante, el piloto español ha demostrado, una vez más, que no va a rendirse hasta el final. Contra viento, marea, arena y lo que le pongan, Alonso quiere disputarle el título hasta la última curva del GP de Brasil, que cerrará esta espectacular temporada 2012 de F1.