El pasado fin de semana asistimos al dominio intratable de Max Verstappen en el Gran Premio de Hungría 2023. No salía desde la pole, pero poco importó, en la primera curva después de que se apagase el semáforo, el piloto holandés ya lideraba la carrera y de ahí hasta la bandera a cuadros.
La victoria del domingo no fue impresionante por el dominio del Red Bull, ni tampoco porque su compañero de filas, Sergio Pérez, protagonizase una gran remontada desde la novena posición de la parrilla hasta el último cajón del podio. Tampoco lo fue por el más de medio minuto de ventaja sobre el segundo, Lando Norris, con el que el vigente campeón cruzó la línea de meta. Fue importante porque suponía la decimosegunda victoria consecutiva para el equipo Red Bull y rompía un récord que se había mantenido durante 35 años, ahí es nada.
Corría el año 1988 y el legendario Ayrton Senna subía a lo más alto del podio en el Gran Premio de Bélgica para darle al equipo McLaren las 11 victorias consecutivas que establecían un récord asombroso. La temporada de ese año se inició en Brasil y McLaren tenía en sus filas a los que llegarían a ser dos de los mejores pilotos de la historia de la F1. En esa primera carrera se alzó con el triunfo Alain Prost iniciando la racha.
Le seguiría San Marino, con victoria de Senna y Prost segundo a dos segundos del ganador con todos los demás pilotos doblados, aquí podemos empezar a hacernos una idea de la increíble máquina que había desarrollado McLaren ese año.
Prost volvería a ganar en Mónaco, México y Francia (también en Portugal, España y la última carrera de 1988 en Australia, pero ya se había roto la racha con la victoria de Gerhard Berger para Ferrari en Italia). Senna se alzaría con las victorias en Canadá, Detroit, Gran Bretaña, Alemania y Hungría; que junto con las mencionadas carreras de Bélgica y San Marino sumaban 7 victorias.
Las otras cuatro del piloto francés sumaban las 11 victorias consecutivas para un mismo equipo y marcaban un hito. Uno que posiblemente nadie hubiese esperado que se mantuviesen durante tanto tiempo, ni siquiera el todopoderoso Ferrari de 2004, el Red Bull de 2013 o el Mercedes de 2019 lograron alcanzar.
Han tenido que pasar tres décadas y media desde aquella gesta para que Max Verstappen le diese esa decimosegunda victoria consecutiva a Red Bull para superar ese récord. Y, coincidencia, se cumplían 35 semanas desde la primera victoria de esta racha que se iniciaba en el Gran Premio de Abu Dhabi 2022.
«Qué coche tan increíble», dijo Max tras ganar la carrera del domingo en Hungría. «Doce victorias consecutivas… simplemente increíble«.
Y la fiesta era doble para Red Bull en Budapest, Checo subía también al podio con esa gran remontada del piloto mexicano; dos trofeos a casa de los hombres de las bebidas energéticas.
Queda una carrera para cerrar la primera parte de la temporada, el próximo fin de semana en Bélgica, pero el balance de Red Bull asusta. Tienen 452 puntos en el mundial de constructores, nada menos que 229 por encima de Mercedes, que son segundos, y 268 de ventaja sobre el tercer clasificado, Aston Martin.
Y si nos fijamos en la clasificación de pilotos, Max Verstappen navega con tranquilidad hacia su tercer título. Con 281 puntos, 110 más que su compañero Sergio Pérez y 142 más que Fernando Alonso que es tercero, y con ese coche increíble no parece tener un rival acorde a su superioridad.
Queda mucha temporada, y seguro que nos dejará carreras emocionantes (una de ellas este fin de semana en Spa), pero las probabilidades de que Red Bull no termine campeón de constructores este 2023 son mínimas y que Verstappen no se alce con el tricampeonato también parecen improbables. Aunque recordemos que esto es F1 y hasta el rabo todo es toro, o lo que es lo mismo, hasta la bandera a cuadros no está nada escrito.
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