El veredicto por el caso del test-gate que ha salpicado a Mercedes no ha sido del agrado de los rivales de Mercedes, mientras el equipo alemán apela a la buena fe para ese extraño desenlace, en Ferrari se muestran perplejos y en Red Bull esperaban una sanción similar a la que se le impuso a McLaren por el caso de espionaje.
A pesar de que Mercedes fue declarada culpable, la escasa pena impuesta parece haber dejado al equipo alemán en el bando de los ganadores. Por tanto es normal que Ross Brawn se mostrase satisfecho con la resolución de la FIA, mientras Ferrari y Red Bull no acaban de entender que ha ocurrido.
Niki Lauda, presidente de Mercedes, y Helmut Marko, asesor de Red Bull, habían hecho una apuesta sobre el escándalo, por la cual el que perdiese tendría que pagar 50 euros.
Aunque Lauda tendrá que pagar a Marko, pues como dijo el de Red Bull «el castigo es castigo», en realidad parece que quienes han perdido son Red Bull y Ferrari, pues fueron ellos quienes interpusieron la reclamación, que se a saldado con una simple reprimenda, ante los comisarios de Mónaco.
Marko describió el veredicto del Tribunal Internacional de la FIA como una «broma» y añadió que esperaban una «decisión mucho más dura». De hecho el periódico Bild afirma que Red Bull quería una sanción de 100 millones y 150 puntos menos en el campeonato de constructores, una sanción similar a la que se llevó McLaren por el caso de espionaje a Ferrari.
En Mercedes por su parte están satisfechos con el resultado. «Es un alivio», afirmó el director y copropietario del equipo Toto Wolff. Y Lauda añadió que «la decisión de la FIA es absolutamente correcta».
«En un deporte donde la tecnología juega un papel tan importante, siempre habrá malos entendidos y espacio para la interpretación (de la normativa). Es algo completamente normal», añadió el austriaco Lauda.