Si algo caracteriza a la F1 es la cantidad de polémicas que genera a lo largo del año, casi podría decirse que esto se parece más a un culebrón de sobremesa que a deporte, con la acepción de la palabra que todos acostumbramos a usar, aunque si uno piensa en el dinero que mueven estos eventos es fácil entender donde está el verdadero problema.
Muchos jefes de equipo abandonaron la tarde del domingo el paddock de Melbourne bastante enfadados por las acusaciones que apuntan a que Ferrari y Red Bull han aceptado una oferta para seguir en la F1 más allá del actual Acuerdo de la Concordia.
Los rumores de que se les había ofrecido a los mejores equipos una parte de una supuesta salida a bolsa comenzaron a girar tras la publicación y, casi inmediata, retirada de un artídulo de Sky News en Internet.
El artículo tenía su basa en una supuesta copia filtrada del proyecto de Acuerdo de la Concordia de 2013, que según el diario londinense Telegraph le daría a Ferrari «un interés directo en el deporte».
El actual campeón Red Bull «también tendría la posibilidad de ganar una enorme suma», afirma la noticia, añadiendo que el equipo de las bebidas energéticas, así como Ferrari entrarán en la dirección del holding de la F1.
El jefe del equipo Red Bull, Christian Horner, reveló que «están en conversaciones con la FOM» sobre un nuevo Acuerdo de la Concordia y añadió que las conversaciones están «progresando por el buen camino».
Como encajan los otros grandes equipos, incluyendo a los miembros de la FOTA McLaren y Mercedes, en este panorama no está nada claro por el momento, pero el diario The Times informa de que no hay asientos reservados en la junta para ellos.
Es comprensible entonces que el resto de equipo consideren «indignante» la información sobre las condiciones especiales de Ferrari y Red Bull y se valore como «en contra de la legislación europea de la competencia».
Desde las líneas de Ferrari se da como respuesta a este asunto el silencio, el equipo italiano no realizó ningún comentario al respecto, quizá por vergüenza o porque no hay mucho que añadir si es cierta una traición de este calibre.
Horner si embargo añadió: «Lo queremos (un acuerdo de la concordia) de cara al futuro, la salida a bolsa es una cosa de los accionistas. En realidad no es un negocio de los equipos. Es más una cuestión de Bernie (Ecclestone) o CVC».
Muchos veteranos del paddock, sin embargo, creen que las ofertas ya están hechas, en principio, lo que lleva uno de los jefes de equipo a decir que «la F1 hace tiempo que dejó de tener que ver con las carreras».
«No habrá un final del juego para esto», agregó. «Sólo tenemos que descubrir lo que significa para la gente de los equipos que quiere ir a competir y no estar involucrada en este tipo de cosas».
Desde luego, aquí si no es por una cosa es por otra, cuando no llegan las reclamaciones deportivas hasta los tribunales, los equipos amenazan con irse, al final todo se reduce a una cosa: poder, que a su vez se traduce en dinero.