El heptacampeón Michael Schumacher ha mantenido en suspenso el podio logrado en Valencia, el primero desde 2006, a raíz de una consulta a los comisarios tras la carrera, el motivo que Mark Webber acusaba al alemán de desplegar el DRS cuando había banderas amarillas en pista.
«Por el mismo motivo, Vettel fue sancionado en Barcelona con un drive-through», dijo el asesor de Red Bull, el Dr. Helmut Marko al diario alemán Bild en referencia a las protestas de su equipo.
Y cuando se le preguntó a Schumacher por el tema, respondió: «Supongo que no habrá sanción. Se puede ver en los datos que he ralentizado el ritmo en la zona de banderas amarillas».
Pero Mark Webber, que podría ganar así un puesto y con ello tres puntos más muy importantes en un mundial tan ajustado como este, se reafirmó: «Lo siento, pero una norma es una norma».
Los comisarios de la FIA, entre ellos el ex piloto Mika Salo, sin embargo, dictaminaron que el piloto de Mercedes, efectivamente, redujo la velocidad en la zona de banderas amarillas, a pesar de que la aleta de DRS estaba abierta.
«Este incidente se diferencia sustancialmente del ocurrido en la ronda 5», añadía el comunicado de los comisarios, en referencia a lo ocurrido con Vettel en Barcelona.
Quien si recibió una sanción fue Pastor Maldonado, penalizado con 20 segundos, con lo que pierde el punto de la décima posición, por el choque con Lewis Hamilton en los últimos instantes de carrera y que dejaron al campeón de 2008 empotrado contra la barrera.
También recibió una penalización el piloto de Sauber Kamui Kobayashi, perderá cinco posiciones en la parrilla de Silverstone por chocar con el brasileño Felipe Massa, mientras que los comisarios aplicarán una sanción más fuerte al novato Jean-Eric Vergne.
El piloto de Toro Rosso se tocó con el finlandés Heikki Kovalainen al moverse hacia la derecha cuando todavía no había rebasado al Caterham, lo que provocó la salida del coche de seguridad por la cantidad de trozos de neumático desperdigados por la pista.
Se lleva una doble sanción, una multa de 25.000 euros y una penalización de 10 posiciones para la próxima carrera, después de que los comisarios estimasen la «gravedad» de la maniobra del piloto francés.