El heptacampeón Michael Schumacher debería estar luchando por su octavo título de campeón del mundo en esta temporada 2012, lleva el número siete, el número mágico, pero está teniendo muy mala suerte en su tercer año tras su regreso a la alta competición con el equipo Mercedes.
«Suena gracioso», admitió Schumacher al diario Bild. «Tengo tan sólo dos puntos en el campeonato, pero es mi mejor año con Mercedes».
El análisis del periódico alemán afirma que Schumacher podría, de hecho, estar liderando el campeonato 2012 tras las seis primeras carreras.
Según el informe el heptacampeón perdió 15 puntos en Australia por el problema con la caja de cambios que le obligó a abandonar y otros 11 en Malasia por el choque con Romain Grosjean.
Para China le computan otros 18 puntos que podría haber ganado si no fuese por el problema con la rueda, y otros 7 puntos más en Bahrein por el problema con el DRS en el alerón trasero, que se sumarían a los 4 puntos obtenidos en España si no chocase con Bruno Senna.
En Mónaco, donde logró la vuelta más rápida en clasificación, venía penalizado con cinco posiciones de la anterior carrera, salía sexto y finalmente tuvo que abandonar por un problema con la presión en la bomba de gasolina.
Eso, según afirma Bild, le costó la victoria y los 25 puntos que habría obtenido de subirse a lo más alto del podio en Monte Carlo. Y este fin de semana tampoco está saliendo todo lo bien que podría saldrá noveno en carrera.
«un cálculo interesante», comentó el Kaiser al conocer el análisis. «Soy realista, sé que ya no puedo luchar por el título, pero todavía tengo esperanzas de poder luchar por una victoria».
El rival en la lucha por el título de 1997, Jacques Villeneuve, reconvertido en comentarista para Sky, dijo este fin de semana que está impresionado por el rendimiento que está teniendo su viejo rival en este 2012.
«Es impresionante la forma en la que siempre se defiende, después de todo es mala suerte. Yo no le envidio la victoria en Montreal», dijo el canadiense en el trazado que lleva el nombre de su padre, el legendario Gilles Villeneuve.