El piloto español Fernando Alonso decidió en 2018 dejar la máxima categoría tras unos años en los que ni en Ferrari ni el McLaren logró los resultados que buscaba. El bicampeón, sencillamente, eligió otro camino con el que probar cosas nuevas y, como el mismo ha dicho, no ha estado en su casa, sino compitiendo al máximo nivel en resistencia donde ha ganado un mundial.
Han sido dos años fuera donde el piloto asturiano se ha visto siempre preguntado por su regreso a la F1, posiblemente su sitio natural y con el que tiene una cuenta pendiente desde hace muchos años. Siempre abrió la puerta a regresar a la parrilla cuando el cambio de normativa permitiese encontrar un proyecto ganador.
Luca de Meo, CEO de Renault, parece haber logrado poner en marcha un proyecto viable, al menos con garantías de poder estar en la lucha con los grandes, pero eso no sucederá esta temporada, la congelación de normas hasta 2022 les obligará a estar un año más en una posición similar a la de 2020.
Dos años fuera de los trazados es bastante tiempo, no es el primer piloto que lo hace, y posiblemente no sea el último, pero el regreso necesita de un período de adaptación. Aunque en Alpine están realmente sorprendidos con Alonso, el piloto empezó a trabajar con el coche como si nunca se hubiese ido detectando que partes no estaban funcionando correctamente. Dice el refrán que más sabe el diablo por viejo que por diablo.
Eso es lo que ha comentado De Meo, quien ha añadido sobre el nuevo proyecto de Renault que el «no quería ser el hombre que enterrase 44 años de historia de la Fórmula 1», en referencia a los rumores que circularon sobre una posible salida del fabricante francés de la máxima categoría.
Al contrario, ha potenciado con fuerza el cambio de marca a Alpine dándole un nuevo empuje con mucha más relevancia dentro del grupo automovilístico. Pero afirma que la llegada de Alonso no es algo exclusivamente suyo, que los planes para fichar al español ya estaban en marcha antes de su llegada.
De lo que si está impresionado es de los comentarios que le llegan de dentro del equipo: «lo que he escuchado del equipo es que parecía como si nunca hubiese dejado la F1. Tardó sólo 10 vueltas en encontrar el límite del monoplaza y cuando se bajó dijo esto no funciona, esto tampoco funciona«.
Sin embargo De Meo es completamente realista acerca de sus opciones para 2021, las victorias no son un objetivo al alcance del A521, al menos no cuando la carrera se desarrolle con normalidad. También Alonso tiene claro que por el momento no están para demasiadas alegrías.
«Dudo que nuestros equipos estén al mismo nivel que estaban al final de la pasada temporada», dijo Fernando cuando se le pidió que comparase la situación de Ferrari y Alpine. «Pero si vamos a rendir al nivel de Ferrari, no sé para quién será una mala noticia, si para nosotros o para ellos».
De hecho, si Ferrari regresa esta temporada con un ritmo similar al de 2020 será un completo desastre, fue su peor temporada en 40 años. Aunque las posibilidades de que eso vaya a suceder parecen escasas, en los pasados tests de Bahrein parecía que el SF21 había recuperado buena parte del terreno perdido por su predecesor.
Aunque como siempre hay que ser muy prudente con los datos que vemos de los tests, las comparativas son demasiado complicadas porque desconocemos que estaba haciendo cada coche en cada momento, con que configuración estaba en pista y con cuanta carga de combustible.
Precisamente esa es una de las cosas que se especula sobre Mercedes y su mal ritmo en pretemporada, que haya estado trabajando con elevadas cargas de combustible todo el tiempo, incluso cuando ha salido a pista a rodar con las gomas más blandas, algo que los equipos suelen hacer para ensayar tandas cortas de clasificación.
La realidad la empezaremos a vislumbrar este fin de semana con el Gran Premio de Bahrein 2021, el sábado nadie se dejará nada escondido, los grandes favoritos para la pole siguen siendo los Mercedes.
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