Lewis Hamilton considera preocupante la tendencia a emitir el Campeonato del Mundo de Fórmula 1 en las televisiones de pago es algo de lo que preocuparse.
Cuando el piloto británico ganó su primer campeonato en 2008 con McLaren más de 6 millones de sus compatriotas lo vieron por televisión. Diez años más tarde cuando igualó a Juan Manuel Fangio con su quinto título mundial, sólo 2 millones de británicos lo vieron por televisión.
«Eso suena terrible», dijo Hamilton cuando se le informó sobre el declive en los telespectadores de F1 en los últimos años mientras las emisiones se movían hacia la televisión de pago.
Parece que hay una clara relación entre la perdida de espectadores y dejar de emitir la Fórmula 1 en abierto por televisión.
«No es bueno», dijo el piloto de Mercedes. «Crecí viendo las carreras en la BBC y estuvo muy bien»
«Con todos los gastos del día a día que deben afrontar los aficionados, son muchos los que no pueden pagar la televisión», dijo Hamilton.
«Es una pena que los fans no puedan verlo con frecuencia, porque cuanta más gente haya, mejor será el deporte. Cuanto más bloqueados estén, peor será para los negocios», añadió.
Pero el Gran Circo debe ser rentable, mucho del dinero que llega a los equipos proviene de las televisiones, y eso tropieza con el parón de las inversiones publicitarias en los últimos años. Para ofrecer las carreras en abierto sería necesario contar con un patrocinador dispuesto a invertir en publicidad durante las carreras.
Esa inversión con un mercado publicitario en retroceso parece complicado. Pero es la pescadilla que se muerde la cola, si no hay aficionados no hay patrocinadores dispuestos a invertir, y viceversa. El gran reto del campeonato es lograr contener los costes de los equipos, al tiempo que se logra mantener la atención de los aficionados.