La visita del presidente de la FIA Jean Todt al circuito de Shanghai el sábado pasó casi desapercibida. Siendo la controversia de Bahrain todavía uno de los temas más candentes en el paddock de F1, el corresponsal de The Times, Kevin Eason describió como «peculiar» el absoluto silencio del máximo responsable del organismo, entrando y saliendo de China.
Todt se negó a contestar a las preguntas, ni siquiera reconoció la «presencia de los periodistas», reveló Eason, aunque el ex jefe del equipo Ferrari «se vio con los directores del equipo».
Uno de ellos fue Martin Whitmarsh, jefe del equipo McLaren, quien afirmó que ningún equipo aprovechó las reuniones de Shanghai para pedir la cancelación de la carrera de Bahrein: «No creo que tenga mucho sentido hacer eso».
The Telegraph, de todos modos, informó de que un miembro del equipo Williams decidió poner fin a su contrato porque no quería ir a Bahrein dentro de una semana alegando razones morales. El equipo inglés no quiso hacer comentarios al respecto.
«Últimamente se me olvida Bahrein», dijo Whitmarsh. «Si alguien viniese y me dijese: no quiero ir a China, entonces, es mejor no ir. No vas a correr al menos que no estés totalmente implicado».
También comentó la situación el sábado el piloto brasileño de Ferrari Felipe Massa, cuyo manager Nicolas Todt es el hijo del evasivo presidente de la FIA.
«La Formula 1 no tiene nada que hacer con la política, la guerra ni nada así, estamos para hacer deporte. Creo que si una persona tiene una posición u otra en política o quizás en religión, o lo que sea, estamos todos haciendo deporte, y eso es para lo que estamos aquí (en Barhain)», confesó a la agencia de noticias española EFE.