El Gran Premio del Principado no cumplió con las expectativas generadas tras un comienzo de temporada trepidante.
Ni el DRS, el espectacular sistema de adelantamiento ni los neumáticos Pirelli, que siguen desconcertando a todos los equipos, consiguieron en Moncaco repetir lo que llevan consiguiendo toda la temporada. Ofrecer cifras récord de adelantamientos y carreras espectaculares.
De hecho, nunca antes, las seis primeras carreras del campeonato habían contado con seis ganadores distintos, lo que habla de la gran competitividad y también, porqué no decirlo, de la poca estabilidad de todos los equipos.
Esta gran riqueza de ganadores también ha sido posible gracias al DRS que ha facilitado, y mucho, la acción de adelantar, lo que lleva a carreras con muchos cambios de posiciones que producen resultados variados.
Pero la Fórmula 1 todavía no es MotoGP. Y de hecho tampoco tiene porqué llegar a serlo. Una excesiva facilidad a la hora de adelantar también conllevaría una depreciación del adelantamiento en sí, como los goles del balonmano con respecto al fútbol. Todo el mundo sabe que no porque se produzcan más goles, el balonmano es más espectacular que el fútbol. Simplemente es distinto.
Y por este motivo a veces viene bien que se produzcan empates a 0. O como en el caso de la Fórmula 1 que haya carreras con menos adelantamientos. Y esto es lo que fue Mónaco. Según el diario finlandés Turun Sanomat, el último GP fue el que tuvo menos adelantamientos desde el disputado en Japón en 2010. En tierras niponas se produjeron siete adelantamientos y en Mónaco nueve.
Este dato se vuelve más espectacular si se tiene en cuenta que dos de ellos fueron al doblado Charles Pic y que el año pasado se produjeron 16 adelantamientos.
Pero como decíamos antes. Más adelantamientos no tienen porqué significar más emoción, ya que el domingo no fue una carrera aburrida ni mucho menos. La lluvia dispersa y la poca distancia entre los seis primeros, hizo que la carrera no tuviera un ganador claro hasta el final.
Es por ello que el diario deportivo portugués «A Bola» apodó a Mark Webber, el ganador, como «el conductor del tren de Mónaco».