Charlie Whiting ha estado en Montmeló siguiento los entrenamientos para revisar a tres monoplazas de la parrilla, Toyota, BMW y Williams, en los cuales podría haber elementos ilegales. En Toyota el difusor trasero, en BMW unas diminutas aletas y en Williams la altura de la orejas que protegen al piloto.
Y como no podría ser de otro modo, puesto que perjudica a su escudería, Flavio Briatore se ha mostrado muy descontento con la manera de proceder de la FIA, y en una entrevista concedida a la Gazzetta dello Sport se ha quejado de las interpretaciones de las normas.
«Aparentemente hay dos normas: una que permite al equipo tener el difusor de una cierta manera, y otra que prohíbe lo que es ilegal. Y eso no es lo que esperábamos, queremos una normativa clara, que sea igual para todo el mundo», apuntaba el jefe de Renault.
«Al menos tres equipos no cumplen con la normativa. No quiero que esto acabe como con la congelación de los motores, que nosotros sí respetamos y nos encontramos con 50 caballos menos de potencia que el resto. Ahora volvemos a encontrarnos con la misma historia», avisa el italiana, que no ha confirmado si Renault presentará una reclamación formal ante la FIA.
Y aprovechando la ocasión ha hablado sobre los tiempos marcados por las escuderías en los entrenamientos, y un aviso para navegantes: si tienes grandes patrocinadores vienes a por buenos tiempos, aunque todo se centra en preparar la máquina.
Flavio es perro viejo en estos asuntos, y supongo que la intención con esas declaraciones es provocar que la FIA de el paso de hacer la investigación sin que a Renault le cueste nada, puesto que hacer una reclamación ante la FIA supone un desenvolso de dinero.
Me parece comprensible, que Flavio se preocupe, por la ventaja que podrían obtener otras escuderías, con soluciones técnicas fuera del reglamento. Lo que ocurrió con la congelación de los motores, que finalmente perjudicó a Renault, ha sido oficialmente reconocido, permitiéndole ponerse al día, para ésta temporada… Pero no estoy de acuerdo, con obviar instancias; y en lugar de presentar una queja o denuncia, formal y sustentada a la Fia, salir a declarar antes a los medios, cuando lo correcto sería lo contrario, es decir, salir a los medios, en caso de no obtener una respuesta satisfactoria por parte de la Fia.