Los tifosi que se dieron cita en las gradas del Templo de la Velocidad de Monza asistieron a una inusual batalla entre compañeros de equipo, de su equipo. Carlos Sainz y Charles Leclerc lucharon durante las últimas vueltas del GP Italia 2023 por la última posición del podio, con el piloto español saliendo victorioso de la pelea.
Sainz, que salió desde la pole tras una vuelta fantástica en la sesión de clasificación, ya había demostrado que es un hueso duro de roer defendiendo la posición con Max Verstappen en las primeras 15 vueltas. El vigente campeón le atacó de todos los modos posibles, pero no fue hasta que las ruedas del piloto español comenzaron a desfallecer cuando el holandés logró ganarle la posición para hacerse con la décima victoria consecutiva.
Checo Pérez logró alcanzar a Sainz y también le pasó asegurando un doblete para Red Bull en casa de Ferrari. Así las cosas, a la Scuderia sólo le quedaba conformarse con el último cajón del podio. Lo que debería haber sido un podio sencillo para Carlos, con su compañero protegiendo su posición a final de carrera, se convirtió en una batalla que poco se entiende en términos de asegurar los puntos.
Desde el muro se le daba una instrucción poco clara: luchar sin riesgo. Eso no existe en la Fórmula 1, cuando dos pilotos luchan en la pista el riesgo siempre está presente. Sobretodo si se trata de un trazado como Monza, con velocidades de 350km/h y dos monoplazas a escasos centímetros.
En las vueltas finales, vimos como ambos pilotos bloqueaban sus ruedas en la curva 1, Sainz tratando de defenderse y Leclerc buscando el límite para subirse al codiciado podio de Monza. El español cruzó la bandera a cuadros a tan sólo 184 milésimas por delante del monegasco.
Y ahora es turno para preguntarse, desde el punto de vista del equipo: ¿tenía sentido esa lucha? Si Leclerc le pasaba a Sainz el resultado para el equipo sería el mismo, tercero y cuarto, los mismos puntos. Pero si esa lucha terminaba con un toque, podría terminar con uno o ambos coches fuera de carrera. Y aunque no les dejase fuera de carrera, Russell estaba a 10 segundos y podría haberles ganado la posición, dejando a Ferrari sin el podio ante su público. Demasiado riesgo y muy poco que ganar.
Las palabras de Sainz tras la carrera no denotaban enfado por su parte, todo lo contrario, parecía encantado con esa batalla: «Fue duro. Fue una carrera dura. Siempre es un placer competir con Charles cada vez que hemos tenido oportunidad. Un gran piloto, igual que Max y Checo. Nos divertimos mucho hoy y espero que lo hayan disfrutado».
Por su parte el monegasco hizo referencia a que quizás, esa batalla, no ha sido del agrado de todos: «Me perdí el podio, pero Carlos está ahí, así que hay un Ferrari ahí. Me habría decepcionado si hubiese sido una carrera aburrida, pero al final fue muy divertido. Estoy seguro de que mucha gente no lo disfrutó. En el muro de boxes tal vez tuvieron uno o dos infartos, los tifosi probablemente también, pero para mí esto es la Fórmula 1, es lo que debería ser todo el tiempo».
Si uno piensa en términos de competición pura y dura, posiblemente esa batalla en pista es lo mejor, pero para eso hay un jefe de equipo, para poner cordura y pensar en lo que es más importante para el equipo. Al fin y al cabo, los pilotos no están ahí para divertirse, están para trabajar por y para el equipo.
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A Ferrari le ha faltado pensar en el campeonato, están terceros a 45 puntos de Mercedes en el mundial de constructores y Aston Martin amenaza desde la cuarta posición a sólo 11 puntos. Si no hubiesen sumado los 27 puntos del tercer y cuarto puesto hubiesen sido superados por el equipo de Silverstone y hoy estaríamos hablando si Frederic Vasseur está haciendo las cosas bien.
Esto debería ser un toque de atención para Ferrari, quedan muchas carreras todavía por delante y estas cosas no deberían repetirse. Esto no va de lo bonita que pueda ser una batalla en pista, esto va de quien lleva sus coches hasta la línea de meta lo más arriba posible para sumar la mayor cantidad de puntos al final del campeonato. Y sin un beneficio claro, no tiene sentido asumir riesgos innecesarios.
Y esto no es una defensa de Sainz por ser español, hubiese dicho lo mismo si la situación fuese al contrario. Cuando no han dejado que el madrileño, estando por detrás, luchase con Leclerc me ha parecido la decisión correcta. Por cierto, resulta extraño que en Monza la decisión fuese luchar en pista y en otras carreras, con Sainz detrás, la decisión haya sido la contraria.
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