Vettel refuerza su liderato con la victoria en Montreal

Vettel victoria Canada Alonso HamiltonSebastian Vettel tenía entre ceja y ceja ganar en Canadá. Y vaya si lo ha hecho. El alemán ha conseguido una victoria que bien recordaba a su temporada 2011: sin luchar con nadie, con algo de fortuna -se tocó con el muro y, de nuevo milagrosamente, se salvó del abandono- y, por supuesto, usando la búsqueda de la vuelta rápida como un acicate para mantener la concentración de una prueba que se antojó un poco más aburrida de lo habitual.

No en vano, acabaron doblados todos desde el sexto hasta atrás. Ya son 36 los puntos que tiene Vettel de ventaja sobre el segundo clasificado del Mundial y de esta carrera, Fernando Alonso.

Nuevamente, fue el asturiano, entre otros, el que puso picante a esta prueba. Alonso salía sexto y ya pedía una carrera sin agua, en la que poder demostrar el potencial del Ferrari. El objetivo del podio era lo mínimo que se podía esperar de él y, en esa suerte de alternancia que parece seguir el español esta temporada, tocó una buena carrera.

Tras quitarse a Bottas, totalmente sobrepasado por la circunstancial tercera posición en la parrilla de salida, Alonso comenzó una incesante persecución hacia Webber. Su buen amigo resultó más correoso de lo esperado y, cual hormiga, le fue comiendo tiempo poco a poco. En la vorágine de la lucha contra el crono que llevaban los dos, el primero en caer fue Nico Rosberg, al que le costó demasiado una estrategia a contrapelo con respecto al resto: todos pusieron de segundo compuesto en pista el neumático medio y él eligió el superblando, un error que le costó mantenerse en la lucha.

Mientras tanto, Webber, Alonso y el siempre inconformista Vettel luchaban en el crono por llevarse la vuelta rápida de carrera. El segundo piloto de Red Bull tampoco tuvo suerte en este caso: Giedo Van der Garde cometió un error de novato y, cuando estaba siendo doblado por el australiano, le cerró, provocando un choque que le costaría una sanción al holandés y que un trozo del alerón delantero del australiano saliera despedido. Entre eso y que el ritmo de Alonso estaba siendo demasiado voraz como para aguantar, Webber acabó cediendo el tercer puesto, que nunca más recuperaría. Eso sí, Alonso no se conformó con eso.

Chispas entre Alonso y Hamilton

Lo bien que se conocen Lewis Hamilton y Fernando Alonso supone prácticamente una garantía de espectáculo si se encuentran en pista. Y así fue. En torno a la vuelta 50, con aún 20 por disputarse, eran más de diez segundos los que separaban al británico de Mercedes del español de Ferrari. Apenas trece giros después, Hamilton ya tenía una mancha roja en su retrovisor.

Adrian Sutil, como ocurriera en el caso de Van der Garde con Webber, se convirtió en un inesperado aliado para Alonso. Hamilton se encontró con su ex amigo doblado y el de Force India, en lugar de apartarse, tardó más de media vuelta en dejar paso a los hombres que peleaban por el segundo puesto. Los comisarios de la FIA no dudaron en sancionarle por ignorar de manera tan flagrante las banderas azules.

Este incidente benefició a Alonso, si bien no supuso una diferencia radical. El ritmo del español era muy superior al que estaba teniendo Hamilton, que además se quejaba de problemas en el tren trasero. Alonso le probó en la primera zona de DRS, pero Hamilton resistió. Lo volvió a intentar en la siguiente zona, en la recta de meta, y esta vez no hubo dudas. Entre el alerón delantero de Hamilton y la rueda trasera de Alonso no había espacio siquiera para una hoja de papel. Al límite, el piloto español se colocaba segundo a falta de sólo siete giros para el final.

Los últimos giros resultaron prácticamente anecdóticos para los pilotos de arriba. Así, Sebastian Vettel, Fernando Alonso y Mark Webber se turnaron para marcar la vuelta rápida, que al final fue para el australiano. Escaso consuelo para él, sin duda, después de cómo bregó en esta carrera con unos y otros.

Los otros protagonistas

Para ser una carrera en la que el ganador se sabía desde prácticamente el principio, hubo otros muchos pilotos que se merecen su cuota de gloria en cualquier crónica. Por un lado, Jean Eric Vergne, que con su sexto puesto logra su mejor resultado en la Fórmula 1. Después, el maratoniano Kimi Raikkönen: ya lleva 24 pruebas puntuando, tras el noveno puesto conseguido en Montreal, e iguala el récord que ostenta Michael Schumacher desde que puntuase entre Hungría 2001 y Malasia 2003. Y eso que Kimi ha tenido un pequeño susto en boxes: su coche se cayó del gato hidráulico cuando aún no le habían colocado el neumático trasero izquierdo.

El hombre que ha demostrado una resistencia numantina y que, además, le ha valido para entrar en los puntos pese a salir desde el fondo de la parrilla, ha sido Paul Di Resta. El escocés ha aguantado en pista hasta la vuelta 47 sin parar en boxes a cambiar neumáticos, lo que le ha servido para ser séptimo.

En resumen, esta carrera no ha sido tan emocionante como se esperaba, al menos en cuanto a la lucha por la victoria se refiere. Sin embargo, la fotografía que deja puede ser un buen resumen de en qué situación se encuentra ahora mismo el Mundial. Y, lamentablemente para sus rivales, Vettel está en otro mundo.

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