Las caras de los pilotos en el podio lo decían todo, sobre todo en el equipo Red Bull, el australiano Mark Webber, que terminó segundo en el Gran Premio de Australia 2013, se quejó abiertamente de que su compañero de equipo no había respetado «las órdenes de equipo», de ahí la lucha final que vimos en Sepang entre los dos Red Bull.
«Después de la última parada en boxes, el equipo me dijo que la carrera había terminado y que arriesgáramos lo menos posible de cara al final», señaló Webber al explicar lo ocurrido. «Yo también quiero correr, pero Red Bull tomó una decisión que solemos acordar antes de cada carrera, que suele ser la de cuidar los neumáticos y proteger los coches».
Pero la realidad fue bien diferente, cuando el vigente campeón llegó hasta su compañero se desencadenó una bonita batalla entre compañeros que a punto estuvo de dejar a ambos fuera de carrera, las caras en el muro de Red Bull eran un poema.
«Hoy Seb tomó sus propias decisiones y no hizo caso a las órdenes del equipo, pero, como siempre, estará protegido. Siempre sucede lo mismo», se quejó Webber. «En el tramo final de la carrera forcé menos el motor y cuidé más los neumáticos, pero ahí empezó la pelea. Estoy decepcionado con el resultado de hoy».
Al cruzar la bandera a cuadros, Vettel logró la vigésimo séptima victoria de su carrera, y Red Bull firmaba un doblete, pero la alegría no estuvo hoy en el podio de Sepang, Webber enfadado, Vettel medio arrepentido y Hamilton reconociendo que debería ser su compañero el que estuviese en el podio. Brindar con champan fue un mero trámite.